La migración para muchos venezolanos se convirtió en una oportunidad de mostrar su talento fuera de sus fronteras. A pesar de las dificultades y los obstáculos que se deben sortear en tierras extranjeras, jóvenes como Steffania Uttaro aprovecharon al máximo las oportunidades para desarrollar sus dotes y demostrarle al mundo su verdadera madera. Esta trujillana, de 24 años, es una de las participantes del concurso La Voz Argentina que se perfila como una de las posibles triunfadoras.
Tras superar el proceso de casting virtual, logró cautivar al jurado compuesto por Ricardo Montaner, Lali Esposito, Soledad Pastorutti, y al dúo Mau y Ricky, haciendo girar las sillas de los tres primeros en medio de la audición a ciegas, y desatando una batalla entre los jueces que pedían tenerla en su equipo.
Steff, como artísticamente es conocida, decidió sumarse al equipo Montaner, consiguiendo en las etapas de batallas y knockouts pasar directo, de forma invicta y «con nota sobresaliente» a los playsoffs, instancia en la que robó elogios por parte de los coaches.
En las instancias finales del programa de televisión, la venezolana pisa fuerte hacia la gran final y es una de las favoritas a alzar el trofeo el próximo 5 de septiembre.
Conoce a Steff
Steffania es originaria de Valera, estado Trujillo. Es licenciada en Comunicación Social, egresada de la Universidad Rafael Belloso Chacín y fue ganadora del concurso La Voz Universitaria URBE, en el año 2014.
Desde temprana edad mostró una fuerte inclinación hacia el canto, y el desarrollo de sus capacidades artísticas. Entre los géneros musicales con los que se siente más identificada, están el pop, blues, soul, y jazz.
En 2018, decide emigrar a la Argentina donde, un año más tarde, se convierte en una de las conductoras de la plataforma de contenidos de Voligoma. En su canal de YouTube tiene más de sies mil suscriptores, quienes disfrutan semanalmente de los diferentes covers y vlogs, que suele compartir. Mientras que en Instagram cuenta con casi 22 mil y en Tik Tok más de 30 mil seguidores.
Por: Daniel Cubillán