Pasó más de un mes desde que la avioneta que viajaba a San José del Guaviare con siete personas (incluido el piloto) a bordo se estrelló en la selva. Después de 16 días, el Ejército encontró los restos de la aeronave y los cuerpos de los adultos, pero no había rastro de cuatro niños.
Lesly Jacobombaire Mucutuy, de 13 años; Soleiny Jacobombaire Mucutuy, de 9 años; Tien Noriel Ronoque Mucutuy, de 4 años, y Cristin Neriman Ranoque Mucutuy, de 11 meses, permanecen perdidos en la selva. O al menos eso es lo que creen los más de 200 hombres que los buscan activamente, reseñó El Tiempo.
Según explicó el comandante Pedro Sánchez, manejan tres hipótesis: están vivos y perdidos, murieron o las disidencias los tienen en su poder. Sin embargo, la última parece poco probable, pues el único campamento que hallaron está ubicado a 2,8 kilómetros de la zona donde se precipitó la avioneta y tiene aspecto de haber sido abandonado hace año y medio.
A la segunda no quieren aferrarse, así que la primera es la que los guía día y noche hasta dar con el grupo de niños, enfrentándose a las difíciles condiciones climáticas y a la selva que también tiene sus peligros.
Pero además hay pruebas: un pañal, restos de fruta mordida, la tapa de un tetero, hay indicios de que los niños utilizaron los kits de emergencia y, recientemente, las huellas de un menor y un perro.
Fausto Avellaneda, comandante de la misión terrestre de la ‘Operación Esperanza’, en entrevista para un especial de Los Informantes, señaló que están ”seguros de que los niños están con vida. Estamos innovando en estrategias para poderles bloquear unos, puntos, darles información…” y tiene una explicación frente a la huella del animal.
Wilson, integrante perruno del grupo de búsqueda, se perdió ya hace varios días y él cree firmemente que está con los menores: “Tenemos un perro perdido y las últimas huellas muestran la huella de un perro y la de un niño. Creemos que está con ellos. Sería espectacular. Les haría una buena compañía”.
Entretanto, el país entero se unió en plegarias a la familia que no solo perdió a un ser querido (la madre indígena), sino que vive en incertidumbre por el estado de cuatro integrantes.
El Ejército también espera que se queden quietos para dar con ellos, pues los rastros dan cuenta de que se alejaron más.
Por Agencia