Verónica Martínez, la única sobreviviente adula tras el naufragio de la embarcación Thor cerca de isla La Tortuga, relató en una entrevista con Irrael Gómez la amarga experiencia que tuvo durante los días de incertidumbre que pasó en mar abierto.
El bote “Thor” desapareció a principios de septiembre con cinco tripulantes. Remis David Camblor, José Javier Marcano Nárvaez, Alejandro Osorio Graterol, Vianney Carolina Dos Santos Morales y Juan Manuel Suárez Torres se contaban entre los desaparecidos.
Por su parte, Mariely Beatriz Chacón Marroquín fue hallada muerta en una balsa, donde luchó por alimentar con leche materna a sus dos hijos, José David Camblor y María Beatriz Camblor”, posteriormente rescatados.
Finalmente, Verónica, quien trabajaba como niñera para la familia que falleció en la tragedia, también fue salvada por las autoridades marítimas.
Poco después de haber zarpado, empezaron los problemas en la lancha “Thor”. Verónica negó que la embarcación presentara fallas. Sin embargo, recordó que “a la lancha entraba mucha agua, pedimos ayuda por radio y nadie nos escuchó”.
Fue entonces cuando David, capitán y padre de familia, les indicó que debían saltar al agua.
“Perdí la cuenta de lo que recé y pedí a Dios que nos rescataran”, confesó Verónica.
Rememoró los momentos de angustia, cuando unos de los tripulantes “me decía que no, que ya estaba cansado, que se iba a entregar a la muerte”, reseña La Patilla.
La respuesta de la chica era “que no, no me digas eso, yo no quiero. Tengo fe que a nosotros nos van a rescatar, no te entregues”.
Un pan, un poco de agua y un refresco fueron las únicas viandas que podían compartieron los afectados durante dos días, haciendo todo lo posible por sobrevivir.
En todo el arduo proceso, mientras la marea los alejaba a unos de otros, Verónica llegó a ver “ángeles dibujados en el cielo”, quizás los que la guiaron a un destino benévolo, con la oportunidad de seguir viva, reseña La Patilla.
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Por: Agencia