Un hombre de 40 años de edad fue asesinado a disparos, con un arma larga, tipo escopeta, por un sexagenario, en situación violenta registrada en una vivienda situada al final de la avenida Manuel Pulido Méndez, en Rubio, municipio Junín, del estado Táchira.
El hecho ocurrió específicamente a las 11 de la noche, del miércoles, en la vía principal del sector conocido como la “Y”, en una casa sin número, adyacente al elevado.
La víctima fatal fue identificada como Jairo Alberto Acevedo Sánchez, venezolano, obrero, de 40 años de edad, quien tenía un registro policial por violencia física.
Mientras que al victimario, el cual fue aprehendido por funcionarios de Politáchira, lo identificaron como P. Santos, venezolano, de 66 años, el cual también posee registro policial por los delitos de lesiones personales y violencia física, en 2008.
La información recopilada por las autoridades indica que el victimario sostuvo una discusión con la víctima, situación tras la cual se armó de una escopeta y le disparó.
La víctima tenía tres días cuidando la casa en la que ocurrió el hecho, uno de los inmuebles que estarían en pleito por una herencia, según sostuvo una fuente policial, la cual agregó que el victimario se negaba a salir de la vivienda que ocupaba y que también estaba en disputa, originándose una riña con Acevedo, durante la cual el sexagenario lo asesinó, al dispararle en el costado izquierdo.
Sin embrago, allegados a la víctima indicaron que Santos, quien estaba en estado de ebriedad, pudo haberse equivocado de objetivo y que realmente llegó a buscar al dueño de la casa, y que le disparó a Acevedo al confundirlo con la persona que fue a buscar.
Sea real una u otra versión, el hecho es que, pese a que Acevedo fue auxiliado por efectivos del Cuerpo de Bomberos de Rubio que lo trasladaron hasta el hospital Padre Justo de esa población, falleció tras su ingreso, producto de al menos ocho heridas en el costado izquierdo.
Vale acotar que el victimario fue concubino de la abuela de la víctima, la dama ya falleció y era la dueña de las casas en conflicto, y presuntamente se negaba a abandonar el inmueble.
A Santos lo intervinieron funcionarios de Politáchira, sin mayor problema. Admitió el hecho y entregó el arma de fuego, una escopeta de fabricación industrializada, calibre 12 mm, la cual posteriormente fue tomada como evidencia por el Cicpc, que además se encargó del levantamiento y traslado del cadáver a la morgue del Hospital Central de San Cristóbal. La Nación
Por: Agencia