Hoy 27 de noviembre no es una fecha normal para la historia democrática de Venezuela, aun cuando todo parece indicar que es una efeméride que pasa por debajo de la mesa, cuando sucedió un día como hoy en momentos que el expresidente Carlos Andrés Pérez, resistió ese mismo año el segundo intento de Golpe de Estado contra su gobierno constitucional electo en diciembre de 1988.
Ese mismo año, 1992, el expresidente Carlos Andrés Pérez había resistido al levantamiento militar del 4F liderado por el teniente coronel (Ej.) Hugo Rafael Chávez Frías y un alto número de oficiales de las Fuerzas Armadas Nacionales, descontentos, sería la excusa, con la situación sociopolítica de Venezuela donde la corrupción, hambre, desempleo y otros problemas que confrontaba el país justificaría ambos alzamientos militares, comenzando y terminando ese año, arrastrando poco después con la segunda administración del dirigente de Acción Democrática nacido en Rubio, estado Táchira.
La segunda intentona golpista esta vez estuvo dirigida por el general de brigada (Av.) Francisco Visconti Osorio, quien coordinó componentes de esa rama militar en Caracas, Maracay, Barcelona y Maracaibo buscando ponerle fin al gobierno constitucional de la República. En su alzamiento no logró sus objetivos y fueron muchos los fallecidos en ambos lados, rebeldes golpistas y leales al gobierno, incluidos civiles inocentes que pagaron con sus vidas el comienzo de otra etapa de la historia política que nos trae hasta estos días, donde condiciones sociopolíticas que golpean al venezolano son superiores y peores a las justificadas 32 años atrás.
Lo cierto es que hoy es una fecha que los venezolanos no debemos olvidar, especialmente, sus nuevas generaciones porque forma parte de la historia contemporánea de Venezuela, donde la fragilidad mental, omisión y olvido parecieran ser parte de una conducta de desconocer hechos como los sucesos del 27N, donde incluido el mundo político debe recordar que los errores se pagan caros. Esa desmemoria no puede dejar por fuera a quienes desde el partido AD en aquellos momentos aciagos, hoy divididos y dispersos, pasan la página de la historia sin recordar a su líder a quien, muchos después, terminarían de ayudar a ser defenestrado, cuando CAP pronunció su célebre frase lapidaria afirmando que «si no abrigara tanta convicción en la transparencia de mi conducta que jamás manchará mi historia, y en la seguridad del veredicto final de justicia, no tengo inconveniente en confesar que hubiera preferido otra muerte».
Finalmente, la acción de Visconti Osorio no concretó el derrocamiento violento del expresidente Pérez. Desde la entonces conocida base aérea Palo Negro de Maracay, estado Aragua, salió del país con un grupo de golpistas en un avión Hércules-C130 con rumbo a la amazónica población de Iquitos, Perú, país donde permaneció por aproximadamente dos años hasta su regreso a Venezuela indultado por el ya electo expresidente Rafael Caldera Rodríguez, beneficiario directo de los sucesos de 1992 que lo llevarían a Miraflores a un segundo mandato presidencial. Desde ese año mucha es el agua que ha circulado debajo del puente en la historia de nuestro gran país.
José Aranguibel Carrasco
CNP-5003