Había dudas sobre qué versión ofrecería Roger Federer. Si la sombría del debut ante Adrian Mannarino o la eficaz del día contra Richard Gasquet. Pero el suizo entonó el nivel para eliminar a Cameron Norrie (6-4, 6-4, 5-7 y 6-4) con un pequeño bache de juego en el tercer set.
Por primera vez en mucho tiempo, Federer tuvo al público de la central en contra, apoyando a su Norrie, finalista en Queen’s y dispuesto a dar la sorpresa del torneo. Pero Federer, que poco a poco va cogiendo el tono en el All England Club, se deshizo del local con un actuación brillante hasta el final del tercer set.
Se llevó los dos primeros parciales sin excesivo sufrimiento, hasta que en el tercero, con todo a favor para sentenciar con dos pelotas de rotura a favor con 5-5, fue incapaz de rematar y terminó perdiendo los ocho últimos puntos de la manga.
Un lunar en el partido que le iba a suponer pasar 45 minutos más en pista. Y que pudieron ser más. El suizo siguió inconsistente y pese a ponerse con 3-2 y saque, regaló su siguiente servicio y perdonó tres bolas de ‘break’ antes de finiquitar el encuentro en más de dos horas y media y antes del atardecer londinense.
Federer obligaba a la central a entonar el ‘ohhh’ para despedir a Norrie, pero se da el gusto a sus 40 años de pisar la segunda semana de Wimbledon por décimo octava vez en su carrera. Además, es el segundo torneo del año en el que suma tres triunfos, después de Roland Garros y, aunque tuvo un resbalón que pudo ser peligroso en el tercer set, físicamente parece a tono para la segunda mitad del campeonato.
Superada una etapa más, Federer se verá las caras en octavos contra el italiano Lorenzo Sonego, que venció al australiano James Duckworth por 6-4, 6-4 y 6-4. Será la segunda vez que Federer y Sonego se enfrenten después de que el helvético le derrotara en Roland Garros 2019.
Por: Agencia