Este martes era un día clave en la hoja de ruta judicial de Daniel Sancho por el caso del asesinato de Edwin Arrieta. La Fiscalía terminaba su plazo para redactar su propio escrito para entregárselo al juez, con toda la información detallada del trabajo de investigación. Después, con estos documentos en su poder, el magistrado podría fijar una fecha en el calendario para la celebración del juicio en el que podría ser sentenciado a pena de muerte o cadena perpetua. Ahora bien, se pidió una prórroga de 12 días para formalizar la entrega al juzgado, porque siguen apareciendo datos, testimonios y pruebas relevantes para el caso.
También fotografías sobre el crimen. Unas imágenes que salen a la luz justo cuando la defensa de Daniel Sancho pone en duda el informe inicial que sustenta sus conclusiones en la premeditación del asesinato, algo que ellos no tienen tan claro. Así, cada detalle podría ser crucial para equilibrar la balanza hacia una sentencia favorable o desfavorable para el recluso, reseñó La Razón.
Los criminólogos Carmen Balfagón y Ramón Chippirrás, contratados por Rodolfo Sancho y Silvia Bronchalo, los que han puesto en duda puntos clave de la acusación contra Daniel. No solo la premeditación del asesinato, al mantener que los cuchillos que se usaron para el crimen y que se compraron un día antes, en realidad, eran para su labor como chef. También por el hecho de que las partes del cuerpo desmembradas de Edwin Arrieta fueron encontradas en bolsas de plástico que, según señalan, no son del establecimiento en el que fue grabado el joven chef. Esas mismas bolsas que ahora aparecen en pantalla en el programa de Sonsoles Ónega, mostrando detalles inéditos y escalofriantes.
El contenido de las bolsas de Daniel Sancho Y ahora Sonsoles
Se trata de fotografías que muestran no solo las bolsas que se utilizaron para diseminar el cuerpo de Edwin Arrieta por la isla tailandesa, también restos de su contenido. Daniel Sancho ya estaba en dependencias policiales confesando el crimen cuando estas bolsas comenzaron a aparecer en vertederos de la zona, cubos de basura e incluso en la playa. La destreza que el joven supuestamente demostró a la hora de desmembrar al cirujano colombiano, se echó en falta a la hora de encubrir sus movimientos y es que las cámaras de seguridad le vieron dejando algunas de estas bolsas que, más tarde, fueron encontradas con trapos sucios llenos de sangre, partes del cuerpo y hasta las herramientas empleadas. Sobre esto deberá responder ante el juez en el juicio, aunque antes lo haga ante la opinión pública.
Por Agencia