En la catedral de Kinshasa, los fieles se apresuran para conseguir gorras, camisetas y vestidos con la imagen del papa Francisco, que visitará la capital de la República Democrática del Congo durante cuatro días a partir del 31 de enero.
La catedral, construida con ladrillos, es uno de seis lugares lugares elegidos para los encuentros, discursos y misas previstas durante la estadía.
El último papa que visitó el país fue Juan Pablo II hace más de 37 años.
«Es una alegría tener la imagen del jefe de la Iglesia en la casa», declara con orgullo Élisabeth Akwete, de 66 años, que acaba de comprar un calendario con la imagen del papa argentino.
Berthe Baleweya, por su parte, aprovecha la ocasión para comprar una pieza de tejido «wax», con una estampa especialmente impresa para la visita del pontífice. «Tengo que llevar la imagen del papa, porque traerá una gran bendición», explica.
Otras mujeres, como Emmanuelle Wemu, prefirieron mandar a hacer su «pareo del papa». «Estamos muy contentos de recibirlo», cuenta.
Wemu espera que el papa envíe un mensaje «de amor, de perdón, de reconciliación» en un momento difícil para el país, que vive una ola de violencia en el este del territorio.
La seguridad del obispo de Roma ha sido una preocupación central en la organización del viaje. Algunas avenidas de la capital, de 15 millones de habitantes, ya están listas para la ocasión.
Conflictos y grupos armados
Inicialmente previsto en julio, el viaje fue aplazado de seis meses. El Vaticano adujo el aplazamiento a los dolores de rodilla del pontífice, de 86 años.
Algunos medios subrayaron sin embargo la inseguridad que reina en el país, en particular en Goma, la capital de la provincia de Kivu del Norte. La zona sufre la violencia de los grupos armados desde hace 30 años.
El programa del papa ya no incluye visitar esa región. En su lugar, Francisco se reunirá en Kinshasa con las «víctimas de los conflictos» de la zona.
En Goma, algunos fieles lamentan el hecho de que no podrán reunirse con el santo padre. «Eso desespera a la juventud de aquí, estábamos muy preparados», declara Gélo Mandela, coordinador de los jóvenes de la diócesis de Goma.
En Kinshasa, Emmanuelle Wemu espera una «reconciliación con Ruanda», acusada por RDC de apoyar los rebeldes del M23, que controlan amplios territorios en el norte de Goma.
Los intentos diplomáticos para aliviar el conflicto no dieron resultados y los combates continúan. También existen otros grupos armados acusados de masacrar a los civiles.
El lunes, al menos 23 personas fueron asesinadas en un pueblo, en un ataque atribuido a un grupo armado rebelde y reivindicado por el grupo Estado Islámico.
1,5 millones de personas
«Nos atrevemos a pensar que traerá una paz duradera» y que «resolverá muchos problemas (…) a nivel político, económico e incluso espiritual», cuenta Justin-Marie Bayala, un profesor.
Una parte del programa ya ha sido difundido entre los fieles. A partir del 26 de enero está previsto un triduo de oración en la catedral.
Y en la noche del 31 al 1 de febrero habrá una vigilia en el aeropuerto militar de Ndolo, donde el papa celebrará una misa en la mañana, explica el padre Camille Esika, cura de la catedral «Notre-Dame du Congo».
Las autoridades calculan que acudirán entre 1 y 1,5 millones de personas al lugar, de ocho hectáreas.
Por: Agencia