miércoles, junio 26

Rafael Ramírez: Quiero que mis hijos vean en el servicio a los demás una forma de vida

Toda Maracaibo conoce la faceta de Rafael Ramírez Colina como alcalde de la ciudad, incluso en algunas ocasiones los marabinos lo ven con sus hijos en una que otra actividad concerniente a su gestión, pero pocos saben cómo es su faceta como padre.

Hoy Día del Padre, Foco Informativo trae un vistazo de ese Rafael Ramírez de la casa, el que se sienta con sus hijos, comparte con ellos, habla de la escuela, todo dentro del tiempo que una ciudad con tantas exigencias, como lo es la capital zuliana, se lo permite.

Lo primero que confiesa Ramírez es que sabía bien la responsabilidad que venía con el cargo y cómo esto afectaría el tiempo de calidad que dedicaba a sus dos hijos: Diego Alejandro Ramírez, de 15 años, y María Verónica Ramírez, de ocho años.

“Era de esperarse porque sabíamos que nos íbamos a encontrar una ciudad con muchos problemas y sin recursos y eso amerita, primero el aprendizaje de lo que te toca hacer como alcalde de acuerdo a lo que vas realmente encontrando. En campaña siempre das la percepción de lo que quisieras hacer cuando llegas, pero no necesariamente eso se traduce cuando ya te sientas. Entonces ese tiempo se ve afectado, porque tienes la curva de aprendizaje que también te exige más horas”, explicó.

Recordó que antes salía de la Alcaldía a las 11.00 de la noche cuando salía temprano. Ahora regularizó el tiempo para salir de 8.00 a 8.30 de la noche lo que le permite estar un poco más con su familia, en un tiempo que describió como relajado, en “una sociedad de cómplices”.

“Los tres echamos chistes, echamos cuento, nos contamos lo que pasa, ellos, creo, que tienen la suficiente confianza conmigo para decirme las cosas, incluso cuando no son buenas. (…) Entonces hay mucha camaradería y creo eso es lo que quiero yo construir con ellos, que haya una figura paterna y de respeto, que la tienen, pero que también, ocasionalmente, hay el amigo con el que pueden confiarle algo”, subrayó.

A pesar del factor tiempo que como alcalde debe emplear a la ciudad, Ramírez trata de mantener ciertos “hábitos” como buscar a la niña los martes y miércoles. Mientras que los viernes está con los dos hijos y almuerzan los tres y los viernes y sábados cena con su esposa, Vanessa Linares de Ramírez.

“Lo que intento si es salir a comer. Lo vi en mi casa desde niño, mi papá era profesor universitario, buscaba que los viernes saliéramos todos y técnicamente íbamos para el mismo sitio a comer la misma pizza durante 15 años, pero el ritual de saber que eso lo íbamos a hacer y que no se fallaba nunca”, rememoró el burgomaestre.

Papa justo, pero consentidor

El alcalde Ramírez recuerda que Diego Alejandro solía acompañarlo más a sus actividades en el partido (Primero Justicia) e incluso durante la campaña. Pero cree que ya está en ese periodo donde su tiempo transcurre más entre los estudios y sus amigos. Mientras que María Verónica si gusta de acompañar a su papá a las giras y otras actividades de gestión para compartir con él y otros funcionarios de gobierno como se le vio cuando Maracaibo obtuvo el récord Guinness por la banda folclórica más grande del mundo el pasado 8 de noviembre de 2022.

La niña describió a su papá como alegre, amoroso, graciosos y a veces enojón, esta última característica la atribuye a un mal comportamiento de ella que no especifica y oculta dentro de una pícara sonrisa.

“A veces es alcahueta porque a veces mami me dice que no y él (su papá) dice que sí. Él es más consentidor”, comentó la niña, quien comentó también que el alcalde la ayuda con sus tareas. “Una vez tenía que hacer divisiones, él ya se iba, pero regresó y me explicó unas y yo las hice”.

Afirmó que Ramírez la ayuda a trabajar mucho, a ser constante, estudiar, a ser amable, así como alegre, cariñosa e incluso a dormir.

El alcalde recuerda que en otros tiempos iba con sus hijos al cine. Ahora no ocurre lo mismo, a su parecer más por los temas de las edades por la cual ambos atraviesan, y los gustos, que por el tiempo evolucionan, sin embargo, María Verónica admite que cuando van al cine ella toma el control de las cotufas hasta que ella quiera. Su papá solo se limita tomar una que otra mientras ven la película.

Aprendizaje

Amen al tiempo que el Ayuntamiento resta a Ramírez, este también le aporta un conocimiento que él trata de compartir en su hogar y ese es el de ayudar o servir a los demás a pesar de las carencias propias que pueda tener bajo su techo.

“Yo siempre he querido, que no lo aprendan obligado porque así nunca funcionaría, pero que vean en el servir a los demás, en la posibilidad de ayudar a los demás. (…) Cuando no era funcionario usaba ese poco para dárselo a alguien para ayudarlo, sabiendo que uno también tenía goteras y eso te va nutriendo, te va llenando el espíritu y al final entendemos que Dios no se muda, siempre está allí para ayudarte. Intento mostrarles (a sus hijos) que siempre hay gente que tiene más problemas que ellos, que sí dentro de su contexto son problemas, pero no mucho más grande como el de gente que puede acostarse sin comer”, explicó.

Pero el jefe del Ejecutivo municipal, no solo lleva enseñanza de su trabajo al hogar, también ocurre en sentido contrario ya que asegura que intenta llevar la alegría de su casa.

“Tendría que pararme con dolor de cabeza para estar de mal humor, intento no tenerlo, intento no generarlo en la casa para que siempre podamos  contar con esa vida armónica que se necesita, como la que tenemos y es lo que estamos intentando hacer”, expuso.

Otra aspiración para sus hijos es que es que estudien mucho, trabaje de igual manera y que tengan constancia para tener el éxito, pero no del tipo que se mide por lo que alcances, sino por el que estén satisfechos con lo que hacen.

Ramírez reiteró que hay tres cosas que le reitera siempre a sus hijos, estudiar, y ser constante con lo que haces, poniendo como ejemplo su trayectoria política, con lo que tuvo que luchar para llegar a la alcaldía de Maracaibo.

“Podemos asumir como un ejemplo lo que me pasó a mí en materia política. Yo pasé 13 años siendo suplente antes de representar a la ciudad y eso fue constancia, porque tú pudieras decir que en el año cinco o 10 me cansé, pero nosotros seguimos allí hasta que ocurrió el momento el evento, y eso es solo el resultado de la constancia y allí donde está el mensaje de lo que tienen que hacer los jóvenes de hoy en día, ser constantes”, puntualizó.

Por: José Manuel Sánchez / Foto y video Lizaura Noriega