lunes, diciembre 23

El amor chiquinquireño desborda en el reencuentro con la Virgen Morena (Fotos+videos)

Al son de Los Chiquinquireños y el canto de su pueblo amado, a las 7.16 de la noche, aproximadamente, la reliquia de la virgen de Chiquinquirá se desplazó por el tobogán para que se diera el «gran reencuentro».

La feligresía lloró, oró, bailó y aplaudió mientras la Virgen Morena bajaba de su nicho.

¡Que viva la Virgen! Fue lo que más se escuchó del pueblo mariano que luego de dos años volvió a ver de cerca a su patrona.

Después de la homilía el tobogán se encendió para que la reliquia de La Chinita empezara a descender. Los aplausos demostraban la emoción de ese pueblo lleno de fe que, aprovechó el momento para hacer sus peticiones a la madre de Jesús, Dios-Hijo.

Unos 25 minutos tardó en llegar la reliquia al pórtico de la Basílica San Juan de Dios. Los gritos de fervor iniciaron. Las lagrimas se dejaron ver entre los asistentes, quienes con las manos alzadas daban gracias y hacían peticiones. Los fuegos artificiales alumbraron el cielo marabino.

A las 8.19 la voz de uno de los servidores de María pidió la autorización a monseñor José Luis Azuaje para levantar en hombros a la Virgen de Chiquinquirá. La exigencia fue concedida y  los gaiteros entonaron «con las manos en tu manto el pueblo está en oración».

Ya en los hombros de los servidores, La Chinita inició su recorrido entre los asistentes. Luego el retablo fue sacado del cofre de oro para colocarla en un pequeño altar frente a donde estaba dispuesto el público. Aunque la procesión no se realizó, la reliquia recorrería algunas calles aledañas de la ciudad en el María móvil.

La fe mariana y el amor por la Virgen del Rosario de Chiquinquirá rompió fronteras. Varias de las personas que estaban en la bajada mantuvieron conectados, a través de los celulares, a feligreses que se encuentran en el exterior y que deseaban ver el retablo por unos segundos.

Y es así como este 30 de octubre, La Chinita se reencontró con su pueblo dando inició a las fiestas patronales en su honor que tiene su momento culmen el 18 de noviembre, día en el que se cumplen 312 años de la renovación milagrosa de María del Rosario de Chiquinquirá.

La bioseguridad

En el acto de la bajada, la Iglesia católica mantuvo el cumplimiento de normas de bioseguridad. Se tuvo que presentar el carnet de vacunación con la doble dosis para lograr tener acceso a la plazoleta. Se exigió el uso de la mascarilla, pero el distanciamiento social fue difícil de lograr por la cantidad de personas que asistieron.

Por: María Gabriela Villalobos / Fotos: Lizaura Noriega