“Dios concede la victoria a la constancia”.
Simón Bolívar
Así decimos los zulianos cuando las cosas van saliendo bien. En el amor, el estudio, trabajo o el juego. Eso es verdad, pero la suerte no viene sola sino que las cosas van dándose de acuerdo con lo que hagamos o dejemos de hacer antes de llenarnos de gloria. En la vida eso es así y la fortuna o el destino están en el camino y no es nada más cierto que en algún momento lleguemos o no a tropezarla.
Sin embargo, unos u otros podrán estar de acuerdo o no. Habrá quien diga que es mentira o los menos escépticos dirán que la suerte si existe. En política la suerte viene dada por la disposición de un liderazgo, en oposición o gobierno, sincero, desprendido de demagogia y que en verdad le duela la realidad de la gente. Eso debería traducirse en una mejor calidad de vida y en posibilidades de oportunidades sociales, diríamos quienes nacimos en esta tierra de gracia, pero lo que no deja de ser una verdad es que la suerte, o mejor la mala suerte de millones en la Venezuela actual, ha venido de la mano de la estafa, engaño, equivocaciones y del despilfarro de una riqueza secuestrada por la demagogia populista nacida en la llamada Revolución Bonita que está cercana a cumplir 24 años de edad en un ensayo y error que es recordado desde Miraflores cada final de año cuando nos dicen que el que viene será mejor.
El título del presente artículo encierra algo de eso a un año de cumplirse el primer aniversario del triunfo electoral del 21N de 2021, cuando hombres, mujeres, jóvenes y otros en la edad de oro, votaron por un cambio en la conducción política y administrativa de esta región, cuando la suerte ha permitido a los zulianos dejar atrás el atraso, la inercia y la destrucción, encaminados a construir un nuevo rumbo. Eso es notorio en Maracaibo, San Francisco, Cabimas, Lagunillas o Colón, entre otros, donde sus alcaldes día a día han venido respondiendo, no sin problemas ni tampoco con la agenda de conflictos e inconvenientes agotada, pero con el interés de su gente en ver resueltas dificultades elementales en servicios sociales, salud, educación, alimentación o infraestructura aún cuando la mala suerte de vivir entre apagones, carencia de agua, carestía de la vida y otros males atribuibles a la inopia de las políticas públicas de lo que llaman “Hecho en Socialismo”.
Conocedor que no son todos los que están ni están resueltos todos los problemas que son, el gobernador Manuel Rosales definió pocas horas atrás que este lunes es “muy significativo para el Zulia, porque se cumple el primer año de nuestra abrumadora victoria electoral del 21 de noviembre de 2021. No es un aniversario cualquiera”, dijo. “No vinimos a perder el tiempo hablando de la destrucción del Zulia. De los tiempos dolorosos. De la pesadilla que vivíamos. Debemos mirar con esperanza hacia el futuro. Agradezco la unidad que lograron más de veinte organizaciones políticas para obtener esa victoria contundente”, señaló.
Durante el balance en presencia de la prensa nacional y regional, Rosales Guerrero describiendo el resultado de un año después, reveló que un experto planificador le dijo en algún momento que el Zulia necesitaría varios años para volver a ser el estado que él entregó en el 2008.
“Y lo dicen en razón de la destrucción nunca vista, solo en los procesos de guerra. Yo no se en verdad cuántos años serán, pero aquí estamos dando alma, vida y corazón. Trabajando para que el Zulia vuelva a ser el estado más próspero de Venezuela. Ese es nuestro compromiso”, afirmó.
Y cómo obras son amores aseguró que hasta la fecha han trabajado en más de 30 vías importantes y necesarias para el funcionamiento del transporte. En salud su gobierno está atendiendo más de diez de los veinticinco hospitales que administra la Gobernación y se está haciendo una altísima inversión en educación que las madres y padres deben recordar muy bien, donde sus hijos aprenden a través de las herramientas tecnológicas que permite la internet. Afirmó que la atención de la infraestructura y dotación de cien escuelas está en marcha en una primera fase. Además reveló que están ejecutándose cien obras y programas sociales de manera directa que favorecen a más de 300 barrios y a otros 150 indirectamente.
En vialidad, durante un año, más de 240 sectores han sido atendidos, algo que los conductores saben diferenciar en cuanto a lo que teníamos por vías públicas hasta no hace mucho. Su estilo de gobernar desde la calle lo ha llevado a atender necesidades en barriadas, urbanizaciones y sectores populares, donde coordinando al equipo de gestión han realizado más de mil 500 jornadas sociales que han favorecido a más de dos millones 500 mil personas en la geografía del Zulia sin preguntar si sufragaron por él o por algún alcalde de la Plataforma Unitaria del Zulia.
Por José Aranguibel Carrasco