Tras las manifestaciones xenófobas contra migrantes venezolanos registradas la semana pasada, este sábado un grupo de personas volvieron al centro de Santiago en una protesta que se saldó con once detenidos y una persona herida, informaron medios chilenos.
Carabineros detalló que durante los incidentes registrados en la manifestación, una persona fue herida con un arma blanca, y su agresor detenido. La víctima fue trasladada a un hospital de la zona.
“Hoy en Santiago tenemos algunos grupos violentos que han tratado de ir a encarar al otro grupo. Carabineros ha trabajado para evitar que se junten estos grupos, hay algunos detenidos y tenemos algunos lesionados producto de esta agresiones que, insisto, rechazamos y repudiamos, sobre todo en materia de migraciones”, dijo el ministro de Interior, Rodrigo Delgado, citado por el diario La Tercera.
La policía informó además que el tránsito fue suspendido en la zona y que varias estaciones del metro fueron cerradas momentáneamente.
El sábado pasado se registró un episodio similar en la ciudad de Iquique, en el norte del país, cuando unas tres mil personas lanzaron amenazas xenófobas y quemaron las pertenencias precarias de un grupo de migrantes venezolanos indocumentados.
En un clima de abierto rechazo al inmigrante venezolano, los manifestantes alzaron banderas chilenas, así como la Whiphala, un pabellón colorido de pueblos originarios andinos, para expresar su oposición a la migración sin papeles, asociada a delincuencia con rumores que citan de todo tipo de plataformas.
La manifestación del sábado pasado ocurrió un día después del desalojo en la Plaza Brasil, donde pernoctaban los migrantes más pobres y sin papeles que no logran llegar a Santiago y sobreviven vendiendo dulces, pidiendo limosna o limpiando vidrios en los semáforos de la ciudad, reseñó Infobae.
En el operativo policial, repudiado por autoridades locales y organismos humanitarios, desapareció por más de 24 horas Jeremy, un niño venezolano de 4 años que el sábado en la mañana fue hallado a salvo. “Menos mal encontraron al niño, pero esto resume la mala gestión de todo este drama humanitario, el gobierno cree que esto es solo deportar a algunos y desalojarlos de una plaza”, se quejó Franklin Pérez, administrador de un edificio en el centro de Iquique.
El gobernador de región Tarapacá, José Miguel Carvajal y el alcalde de Iquique, Mauricio Soria responsabilizaron de la crisis migratoria en el norte chileno al gobierno del presidente Sebastián Piñera. Ninguno fue alertado del desalojo del viernes que alentó la xenofobia en una parte de la población.
El miércoles, el Gobierno de Chile anunció que en los próximos días instalará varios albergues en el norte del país para asistir a los cientos de venezolanos que se encuentran varados tras cruzar la frontera por pasos ilegales en la que es la mayor crisis migratoria en la historia reciente del país.
“Tenemos que hacernos cargos de una realidad, han ingresado miles de personas, fundamentalmente ciudadanos venezolanos, aunque no es la única nacionalidad que ingresa, y para eso hemos definido un fortalecimiento de las medidas humanitarias”, indicó el ministro chileno de Interior, Rodrigo Delgado.
Delgado explicó que se instalarán albergues en las localidades fronterizas de Colchane y Huara donde se les entregarán artículos de primera necesidad, pero también en Iquique, la primera gran urbe que los migrantes encuentran a su llegada desde Bolivia.
También se construirán centros para niños en colaboración con Unicef y el Hogar de Cristo y se entregarán “vouchers” para que los migrantes puedan alojarse en hostales asociados a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
La colectividad venezolana es la más numerosa en Chile, con más de 400.000 personas, aunque se estima una fecha mucho mayor ante el aumento de ingresos por pasos clandestinos desde 2020, cuando Chile cerró sus fronteras por la pandemia.
Por Agencia