martes, diciembre 24

Primoz Roglic se proclama como el emperador del Giro en Roma

Primoz Roglic llegó a Roma como el emperador final de la 106 edición del Giro de Italia luego de la 21ra etapa que ganó Mark Cavendish.
Cavendish se sumó a la fiesta de Roglic como protagonista del último triunfo parcial de la edición. Lo hizo adjudicándose el sprint en la capital italiana con un tiempo de 2h.48.26 por delante de Alex Kirsch y Filippo Fiorelli.

Fue la victoria número 162 del ‘Expreso de Man’, que se despide del ciclismo profesional, quien contó con la labor de lanzador del mismo Geraint Thomas. El británico, con 16 etapas en el Giro y 34 en el Tour, se llevó un recuerdo monumental de Roma.

Primoz roglic, nuevo emperador de Roma

La maglia rosa quedó en poder de Roglic, quien sumó a su palmarés su cuarta grande junto a las tres Vueltas a España. Lo acompañaron en el podio Geraint Thomas (Ineos) y Joao Almeida (UAE Emirates).

El triunfo de Roglic enriquece aún más su palmarés, en el aparecen múltiples trofeos y medallas, además de 73 triunfos en total.

En su hoja de servicios solo falta el Tour de Francia, una espina que lleva clavada en el alma este exsaltador de esquí que llegó tarde al ciclismo.
Aquella crono en La Planche des Belles Filles le negó el Tour a Roglic y se lo dio a su compatriota Tadej Pogacar. Pero la contrarreloj del Monte Lussari en este Giro le compensó aquel inmenso dolor.

No obstante, Primoz Roglic no se rinde ante el Tour y lo intentará de nuevo, como no se rindió en este Giro que se acaba de apuntar. Ni las caídas ni el frío ni la amenaza del covid han podido derribar al esloveno. Desde la retirada de Evenepoel por el virus quedó como favorito en la sombra.

Tomó el protagonismo Thomas, otro ilustre veterano que disfrutó de la maglia rosa, pero Roglic se agazapó, pasó inadvertido y apareció el día D a la hora H: el crono del Monte Lussari, donde rodeado de banderas eslovenas se enfundó la túnica de emperador del Giro.

Un Giro marcado por el mal tiempo, las caídas, los recortes polémicos, las etapas anodinas sin combatividad entre los hombres de la general, sin demasiado pulso para levantar a los aficionados de sus asientos, pero bien gestionado por Roglic, quien supo administrar sus fuerzas para el momento clave. Sabía mejor que nadie que el Giro estaba en las terribles cuestas del Monte Lussari. Y allí pasó a la historia.

Pinot, rey de la montaña; Almeida, mejor joven

El Giro tuvo más protagonistas secundarios que subieron al podio por diversos motivos. El veterano francés Thibaut Pinot (Groupama), en su última temporada en activo, materializó sus famosos gestos sobre la bici con el título de mejor escalador. Un corredor, sin duda, combativo, de los que dan espectáculo en los puertos.

La “maglia ciclamino”, morada, al más regular, se la adjudicó el joven italiano de 22 años Jonathan Milan (Bahrain Victorious), quien además se llevó un triunfo de etapa al esprint. El maillot blanco al mejor joven le correspondió al portugués Joao Almeida, con otro triunfo parcial en Monte Bordone y el tercer puesto de la general.

Por equipos destacó el Bahrain Victorious, con dos triunfos de etapa en su casillero, logradas por Milan en San Salvo y el colombiano Santiago Buitrago en la jornada reina de Las Tres Cimas de Lavaredo.

El ciclismo español se apaga en el giro

El Giro no ha dejado un buen recuerdo para el ciclismo español, que acudió a la cita sin sus principales valores actuales. El Movistar salvó su participación con un triunfo de etapa a cargo del colombiano Einer Rubio en la jornada de montaña de Crans Montana, donde demostró sus cualidades como escalador y su potencial futuro.

Con esta excepción, la clasificación general en su prueba del algodón no engaña. El primer español registrado es el veterano Luis León Sánchez (Astana), de 39 años, en el puesto 24. El siguiente es Jonathan Lastra (Cofidis), en el 35, y después Carlos Verona (Movistar) en el 47.

En espera de que las joyas españolas Juan Ayuso y Carlos Rodríguez se confirmen en las grandes citas, y de que Enric Mas continúe aspirando a los mejores podios, el Tour y la Vuelta serán exámenes importantes para demostrar que el nivel del ciclismo español tampoco es exactamente el del Giro.

Por: Agencias / Foto: Cortesía