domingo, diciembre 22

Prevenir es mejor que lamentar: Los fuegos artificiales no siempre son celebración

Los fuegos artificiales suelen ser el punto cumbre de los festejos, y en especial de las celebraciones decembrinas. El fin de año se convierte en un momento de despliegue para el uso de pirotecnia, que por más vistosa que sea, requiere que sea manipulado solo por adultos porque representa un grave riesgo para los niños, sin contar que es un verdadero tormento para las mascotas, reseñó TalCual.

Aquí algunas recomendaciones para que esta noche cuando los fuegos artificiales marquen la culminación del 2022, no se conviertan en una mala noticia.

La pirotecnia en todas sus presentaciones es un producto que contiene pólvora y requiere uso de fuego, lo que supone directamente un riesgo para los niños. La manipulación de fuegos artificiales, incluso de las populares y aparentemente inofensivas luces de bengala, implican un altísimo riesgo de accidentes.

Quemaduras. Nunca permita que sean los niños quienes preparen o enciendan los productos detonantes. Es recomendable que cada vez que se intente encender este tipo de producto pirotécnico, un adulto supervise cada paso. El peligro fundamental es que están hechos para arder de forma involuntaria y son los principales causantes de quemaduras graves en los niños.

Explosión por sorpresa. Si el fosforito, traqui-traqui o cebollita no queda bien encendido o no explota de inmediato y de forma correcta, los niños intentarán tomarlo de nuevo y cuando se acerquen pueden detonar por sorpresa, lo que puede quemar la piel, afectar sus ojos, pero también podría encender algún tipo de tela de su ropa y aumentar el riesgo de una quemadura difícil de controlar.

Lesiones. Las quemaduras no son el único riesgo. Las lesiones graves como mutilaciones en las manos o los pies son muy frecuentes como consecuencia de una explosión. Si se derrama pólvora de forma accidental porque uno de los petardos no está en buenas condiciones o incluso si viniese defectuoso de fábrica, esto podría causar una explosión involuntaria que cause heridas, daños o incluso pérdidas en extremidades.

Explosiones magnificadas. El uso de pirotecnia sin supervisión de adultos hace que el riesgo se magnifique porque los niños usan botellas, latas, cajas y otros recipientes en los cuales introducen el fosforito para amplificar el sonido de la explosión, lo que conlleva un mayor peligro debido a que la detonación hará volar las partículas de vidrio, metal o encender el cartón y llevar a mayor escala el daño en los niños que estén cerca de la explosión.

Trauma acústico. Otro riesgo frecuente de los fuegos artificiales en los niños son las lesiones auditivas. Si los niños son muy pequeños o si son bebés, estar muy cerca de una explosión estruendosa puede causar problemas en los oídos, que van desde un trauma acústico que dure unos días hasta problemas de audición más severos.

Mascotas sufren durante fiestas

Otro tipo de consecuencia que no se toma en cuenta y está relacionado con los fuegos artificiales es que los animales domésticos o de fauna silvestre tienen el sentido del oído diez veces más desarrollado que el de los seres humanos, por lo que las explosiones pirotécnicas son muy dañinas para ellos.

Entre los efectos que les genera durante los momentos de mayor intensidad de detonaciones se encuentra:

Perros y gatos, animales de compañía, pueden sufrir quemaduras, desespero, salivación, arritmias cardíacas, estrés y desorientación, los cuales, en muchos casos, les genera incluso la muerte.
La fauna silvestre, en especial las aves, son más vulnerables ante el estallido de la pólvora, por lo que es común que se desorienten, sufran colisiones y en ciertos casos abandonen sus nidos.

¿Qué hacer para que no les afecte?

  • Utiliza música para calmarlos.
  • Mantén a tu mascota en una habitación con las ventanas y cortinas cerradas que alejen los sonidos fuertes.
  • Dale juguetes para tranquilizarlo antes de los momentos en los cuales habrá mayores detonaciones.
  • Si debes dejar sola a tu mascota (aunque esto no es recomendable), ponle música relajante y cierra bien puertas y ventanas.
  • Háblale con naturalidad y en tono suave hasta que se calme.

Por: Agencia.