La manifestación neofascista de este domingo en Roma ha indignado a la oposición italiana de centro e izquierda, que hoy exigió reforzar la persecución de este tipo de apologías al gobierno de la ultraderechista Giorgia Meloni, quien guarda silencio por estos hechos.
El Partido Demócrata (PD, socialdemócrata), líder de la oposición, presentó hoy en el Parlamento italiano un proyecto de ley «para hacer más eficaz la represión de la apología fascista», anunció el diputado Andrea De María.
No obstante, para que el texto se convierta en ley, necesitará no solo los votos de la oposición, sino también de la derecha en el Gobierno: «Si todo el Parlamento lo apoyara, se aclararía la legislación vigente y se reforzaría», justificó.
La polémica surgió a raíz de una manifestación nocturna celebrada el domingo pasado, en la que cientos de personas en formación militar y vestidas de negro realizaron saludos romanos en memoria del asesinato en 1978 de tres jóvenes del posfascista Movimiento Social Italiano (MSI), lo que se conoce como matanza de Acca Larentia.
El jefe del también opositor Movimiento Cinco Estrellas (M5S), Giuseppe Conte, exigió a la primera ministra que «se distancie» de la concentración: «Es apología del fascismo, es un delito».
Meloni no ha condenado aún el encuentro de Camisas Negras, pero su partido, Hermanos de Italia (HdI), heredero directo del MSI, ha asegurado que «no tiene nada que ver».
«No es nuestro estilo ni nuestra filosofía, estamos a años luz», dijo el vicepresidente de la Cámara de los Diputados, Fabio Lampelli, que criticó la «hipocresía» de la izquierda, pues se trata de una conmemoración que se celebra «desde 1978 y la izquierda, que ha estado varias veces en el poder, lo descubre ahora».
La División de Investigaciones generales (DIGOS) de la Policía enviará próximamente a la Fiscalía de Roma el análisis de las grabaciones realizadas para identificar a los participantes en la concentración ante la antigua sede del MSI, lo que podría dar lugar a una investigación.
El ministro del Interior, Matteo Piantedosi, aseguró este martes que comprende la indignación por «el uso de gestos y símbolos condenados por la historia», pero defendió la gestión de las fuerzas del orden, en su comparecencia en la comisión parlamentaria sobre la intolerancia.
Y es que una de las críticas más reprochadas en los últimos días es que la DIGOS sí identificó inmediatamente a una persona que gritó «Viva la Italia antifascista» en la Scala de Milán el 7 de diciembre.
Mientras la primera ministra calla, su vicepresidente y jefe de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini, quiso zanjar la cuestión al asegurar que está «concentrado en el futuro y no en el pasado».
«Quien se declara fascista o comunista en 2024 me produce ternura porque ha sido derrotado por la historia. Por suerte, el comunismo y el fascismo, que crearon guerras, muerte, hambre y miseria, no volverán», sostuvo.
La conmemoración de Acca Larentia también ha animado el debate sobre la existencia de monumentos de época fascista en las ciudades del país, como Roma, que tiene entre otros recuerdos un monolito en el Foro Itálico en el que se puede leer «Mussolini Dvx«.
O barrios enteros como el del EUR y su Coliseo Cuadrado, erigidos por la dictadura de Benito Mussolini para la Exposición Universal de 1942, nunca celebrada a causa de la II Guerra Mundial.
La capital cuenta con movimientos neofascistas muy vivos que en 2021 llegaron a asaltar la sede del sindicato CGIL escondiéndose en una manifestación antivacunas. El pasado 20 de diciembre, se condenó por este ataque a siete miembros del partido Forza Nuova.
Y en medio del escándalo por la concentración, en una polémica simultánea, el Ministerio de Cultura ha nombrado una nueva dirección del Museo de la Liberación de Roma, que recuerda la lucha contra el nazifascismo, después de estar vacante desde el 20 de diciembre. Como protesta y para garantizar su apertura, el presidente saliente, Antonio Parisella, lo ha mantenido abierto.
Por: Agencias / Foto: Cortesía