El presidente de Paraguay, Santiago Peña Palacios, se ha propuesto hoy ante el papa Francisco como un «puente de diálogo» entre los distintos mandatarios de América Latina para impulsar esa región, durante la audiencia en el Vaticano con el pontífice, que se recupera de una gripe.
«Quiero ser un puente de dialogo, un mediador» entre «presidentes que aparentemente pueden tener pensamientos diferentes», dijo Peña en una entrevista en Roma tras reunirse con Francisco, al que encontró «de buen ánimo» y que «valoró muchísimo» su propuesta a favor de «la cultura de la integración», reseñó EFE.
La reunión, a la que también acudió la primera dama, Leticia Ocampos, tuvo lugar en la residencia papal de Casa Santa Marta, debido a la gripe que ha impedido a Francisco mantener su agenda de hoy, a excepción del encuentro con el mandatario paraguayo, que lo consideró un gesto «muy significativo» con Paraguay.
«Le he visto con los achaques de la edad, pero siempre manteniendo su buen animo y su sentido del humor. Estaba afligido con la respiración, pero lo noté bien», dijo sobre la salud de Francisco, con el que se reunió durante 25 minutos y a quien le reiteró la invitación para volver a Paraguay, donde ya estuvo en 2015, aunque «hay algunos países de la región pendientes de su visita».
Peña dijo que él le explicó la importancia de «la cultura del encuentro latinoamericana, una región que ha tenido sus idas y venidas, su contratiempos entre diferentes lideres, donde Argentina acaba de elegir nuevo presidente».
«Le he hablado de mi fuerte vocación de integración, de ser un puente entre presidentes que aparentemente pueden tener pensamientos diferentes, pero que hoy la historia nos pide que nos concentremos en lo que nos une y no lo que nos divide y el valoró muchísimo eso», dijo.
Explicó que «América Latina, a lo largo de los últimos 20 años ha vivido una suerte de ideologización de las relaciones internacionales y cada país tiene su impronta, muchos han tenidos movimientos pendulares de un extremo a otro» y eso «ha hecho mucho daño».
«Yo tengo una mirada diferente, sin encasillar a ningún presidente, sino buscando encontrar los puntos de coincidencia», dijo el mandatario, que llegó al poder en agosto pasado con una amplia victoria electoral como representante del oficialista Partido Colorado.
«Con el presidente (brasileño) Lula somos de generaciones diferentes, yo soy un burócrata de profesión y el es un líder sindical, que emerge de las luchas sociales, pero sin embargo eso no ha sido ningún inconveniente para construir una gran relación», sostuvo.
Y lo mismo sucede con el presidente chileno, Gabriel Boric, con quien tiene «una excelente relación». «Lo visité en Santiago hace pocas semanas y también hablé con el presidente electo Javier Milei», el líder de ultraderecha que acaba de ganar los comicios presidenciales en Argentina.
Milei ha tenido «algunas reacciones un poco hostiles hacia algunos presidentes de la región, pero yo estoy convencido y se lo he planteado, que siendo respetuosos de nuestras críticas también tenemos que trabajar estos puntos en común», añadió.
«Estoy convencido de que la integración es un camino correcto para nuestros países y obviamente eso requiere de mucha tolerancia, de mucha responsabilidad en el momento de tratar» y «siento que Paraguay en esta cultura del encuentro puede jugar un rol importante».
El encuentro a puerta cerrada entre el papa y Peña Palacios, que duró 25 minutos, transcurrió en «una atmósfera de cordialidad», según el Vaticano, que destacó que el mandatario paraguayo expuso ante Francisco el programa de su nuevo gobierno para luchar contra la pobreza.
Además se abordaron diversos temas de «interés común» como «la protección ambiental, la situación de los países de la región y el compromiso por la paz entre las naciones».
La audiencia a Peña Palacios ha sido la única actividad oficial mantenida por el pontífice, después de que un «problema de inflamación pulmonar» le impidiese este domingo rezar el Ángelus en la plaza de San Pedro.
Por Agencia