domingo, diciembre 22

Pharoah Sanders, el saxofonista cósmico del jazz, muere a los 81 años

Pharoah Sanders, una de las figuras más creativas del jazz que hizo suya tanto la música india como la africana llevando su saxofón a límites insospechados, falleció este sábado a los 81 años.

Su discográfica, Luaka Bop, anunció que murió en paz junto a su familia y amigos en Los Ángeles.

«Siempre y para siempre, que descanse en paz este bello ser humano«, escribió el sello en un comunicado.

Sanders, que llevó el movimiento free jazz a nuevas cotas, prácticamente atacaba a su saxofón soplando excesivamente la boquilla –las coleccionaba por centenares–, mordía la caña e incluso llegaba a gritar en la campana del instrumento.

Este discípulo de John Coltrane, que tocó agresivos solos en el último álbum de éste, «Live in Japan«, era visto a menudo como una especie de sucesor de su maestro, quien murió en forma repentina en 1967.

Ornette Coleman -posiblemente el pionero más importante del free jazz- definió a Sanders como «probablemente el mejor saxo tenor del mundo«.

Pero Sanders, que también tocaba el saxo soprano y el alto, no logró contar con la unanimidad del público y nunca tuvo el éxito comercial de Coltrane, Coleman u otros innovadores históricos del jazz.

Muere a los 81 años el saxofonista Pharoah Sanders, leyenda del jazz | Música

Con unos solos que pasaban de ser chillones y graznantes a ser sedosos y melódicos, Sanders fue descrito como el padrino del jazz espiritual y hasta cósmico, aunque siempre rechazó las etiquetas.

Entre sus obras más conocidas destaca «The Creator Has a Master Plan«, un tema de casi 33 minutos de su álbum «Karma», en el que Sanders suena como si estuviera exorcizando demonios, antes de volver a un estado celestial.

Leon Thomas canta un el tema de 1969, en la cúspide de la contracultura: «El creador tiene un plan maestro / Paz y felicidad para todos los hombres«.

«Upper Egypt and Lower Egypt«, del influyente álbum de Sanders «Tauhid» de 1967, se basa en los toques de guitarra y un suave xilófono que rinde homenaje a la tradición africana, mientras Sanders irrumpe con un saxofón que suena como un aullido.

El saxo, prolongación de sí mismo

«Realmente ya no veo la trompa. Trato de verme a mí mismo«, dijo en la presentación de «Tauhid», su primer álbum en el sello Impulse! que editó Coltrane.

«No es que intente gritar con mi trompa, simplemente intento poner todos mis sentimientos en la trompa«, explicó.

Farrell Sanders –cambió la grafía de su nombre de pila a instancias del compositor de jazz futurista Sun Ra– nació y creció en la segregada Little Rock (Arkansas), donde tocaba el clarinete en una banda escolar y exploraba el jazz con artistas que llegaban en las giras.

Después de la escuela secundaria se fue a vivir a Oakland, California, donde por primera vez disfrutó de la libertad de asistir a clubes racialmente mixtos y tuvo un primer encuentro con Coltrane cuando compraban boquillas.

Más tarde fue a Nueva York, donde llegó a caer en la indigencia, trabajando como cocinero e incluso vendiendo su sangre para sobrevivir.

Conoció a Sun Ra cuando cocinaba en un club de Greenwich Village. Al descubrir su talento musical, Sun Ra y Coltrane reclutaron a Sanders para su banda. A la muerte de Coltrane se convirtió en líder de la misma.

«Tengo un sonido oscuro; muchos de los jóvenes tienen un sonido brillante, pero a mí me gusta un sonido oscuro con más redondez, más profundidad y sentimiento«, describió su estilo en una entrevista de 1996 con el San Francisco Chronicle.

«Quiero llevar al público a un viaje espiritual; quiero agitarlo, excitarlo. Luego los traigo de vuelta con una sensación de calma«, explicó.

Exploración espiritual

Sanders, que en sus últimos años llevaba una larga barba blanca y un gorro tipo fez, hizo sus pinitos en la música pop, empezando por «Thembi», de 1971, que lleva el nombre de su mujer.

Pero su incursión en el mainstream fue breve.

En «Jewels of Thought«, de 1969, Sanders exploró el misticismo de África y abrió el álbum con una meditación sufí por la paz. Décadas más tarde, en «The Trance of Seven Colors», Sanders colaboró con Mahmoud Guinia, el maestro marroquí de la música espiritual gnawa y del laúd.

El álbum de Sanders de 1996, «Message from Home«, se adentró en las influencias del África subsahariana, como el highlife, la mezcla pop de música occidental y tradicional que se originó en Ghana.

También exploró la forma india en sus colaboraciones con Alice Coltrane, la segunda esposa del maestro del jazz, que se convirtió en yogui.

Sanders admiró a los músicos indios, como Bismillah Khan, que dio a conocer el shehnai, un tipo de oboe que se toca con frecuencia en las procesiones del subcontinente; y Ravi Shankar, que internacionalizó el sitar.

Acostumbrado a compartir la energía en las bandas de jazz, dijo que los músicos indios lograban hacer una «música pura«.

Por: Agencia