El presidente de Colombia, Gustavo Petro, cumple este domingo una semana en el cargo con un estilo de Gobierno diferente al de sus antecesores y con una agenda intensa que incluye el anuncio del reinicio de los diálogos de paz con la guerrilla del ELN, la presentación de una ambiciosa reforma fiscal y la renovación de la cúpula militar.
Pese a que aún no ha completado su gabinete porque falta que nombre a un ministro de Ciencia y Tecnología y que asuma la de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), Mery Gutiérrez, el nuevo mandatario ya empezó a poner en marcha las múltiples reformas con las que pretende sacar adelante el plan de Gobierno que ejecutará en los próximos cuatro años.
«Gustavo Petro ha arrancado siendo un presidente institucionalista. Los temores alrededor de él abarcan un amplio espectro (…), pero no ha sucedido nada de eso«, afirmó el analista político Mauricio Reina en un diálogo con el exministro de Hacienda Mauricio Cárdenas.
En esa línea, el experto valoró que no ha sucedido nada de lo que preveían algunos sectores, como que Petro convocaría una Constituyente o llamaría a la gente a las calles para «erosionar las instituciones«, sino que por el contrario ha buscado alianzas para garantizar la gobernabilidad.
Paz total
Uno de los pilares del nuevo Gobierno es la paz y con ese propósito una delegación oficial, liderada por el canciller Álvaro Leyva, viajó el jueves a La Habana para iniciar acercamientos con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y reanudar las negociaciones.
Las conversaciones quedaron en suspenso en 2018 por la exigencia al ELN del Gobierno de su antecesor, Iván Duque, de liberar a todos los secuestrados que tiene en su poder y renunciar a esa y todas sus actividades criminales.
En enero de 2019, tras el atentado del ELN contra la Escuela de Cadetes en Bogotá, que dejó 22 muertos y 68 heridos, el Gobierno de Duque pidió a Cuba la entrega de los negociadores que están en La Habana, pero la isla invocó protocolos diplomáticos para no acatar esa solicitud.
El viaje de Leyva y la delegación colombiana a Cuba recompuso rápidamente esas relaciones y el viernes el Gobierno y el ELN oficializaron la reanudación de las negociaciones de paz, algo que respaldó incluso el secretario general de la ONU, António Guterres.
Petro ha mostrado voluntad de emprender una política de paz total que contempla no solo retomar los diálogos con el ELN, sino también hablar con otros grupos armados.
«Se está buscando la elaboración de la paz con otro tipo de sectores, con otro tipo de ilegalidades, pero el ELN va adelante porque es con quien hay más posibilidades de retomar una negociación», expresó el exministro Cárdenas.
Reforma ambiciosa y polémica
El lunes pasado, primer día del nuevo Gobierno, el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, presentó al Congreso el proyecto de ley de reforma tributaria con la que la nueva Administración aspira a recaudar dinero suficiente para reducir la deuda social.
La iniciativa se basa en un mayor recaudo de impuestos a personas naturales, la reducción de beneficios fiscales a empresas, la tributación a las bebidas azucaradas, a la exportación de petróleo, carbón y oro cuando superen cierto techo, y en una lucha frontal contra la elusión y la evasión.
«Esta reforma que estamos proponiendo genera 25 billones de pesos anuales (unos 5.795 millones de dólares de hoy), pero esperamos que con la lucha contra la elusión y la evasión tributaria ese monto se eleve hasta alcanzar 50 billones de pesos anuales (unos 11.590 millones de dólares), que es de lo que se habló a lo largo de la campaña presidencial«, aseguró Ocampo.
Propuesta polémica
Una de las propuestas más polémicas del Gobierno de Petro en su primera semana fue la de comprar gas a Venezuela en caso de que las reservas del país no sean suficientes, pues su intención es que Colombia no firme nuevos contratos de exploración.
«Tenemos reservas de gas de siete a ocho años. Si necesitáramos llenar nuestra matriz energética se podría hacer la conexión de transporte de gas con Venezuela«, explicó la ministra de Minas, Irene Vélez, en una entrevista con la emisora Blu Radio.
Según Vélez, «si llegara el caso de que nuestras reservas no fueran suficientes para nuestro autoabastecimiento, necesitamos soluciones, que podrían ser conectarse con otros países«.
Esa propuesta causó polémica, incluso dentro del Pacto Histórico, la coalición que impulsó la candidatura de Petro. El presidente del Senado, Roy Barreras, escribió en Twitter que «la transición energética es una obligación vital«, pero «las transiciones son transiciones«, por lo que «no se puede reemplazar el gas de un día a otro«.
«Resulta que el gas es el combustible de la cocina de los pobres y no hay combustible más barato que ese. (…) Y dijo (la ministra) que eso no tenía problema porque iban a sustituir el gas por energía solar. Eso es más absurdo aún, señora ministra: no hay capacidad de generar energía solar suficiente«, expresó, por su parte, el exsenador Jorge Robledo, férreo opositor de Petro.
Otro asunto al que le metió la mano con prontitud el presidente fue la renovación de la cúpula militar y policial, a cuyos nuevos comandantes les ordenó como prioridades «cero corrupción y cero violaciones a los derechos humanos«.
El Gobierno de Petro está impulsando de entrada las reformas que el presidente prometió en campaña y en su primera semana ya sentó las bases de dos asuntos que serán clave en los próximos cuatro años: la «paz total» y la igualdad social.
Por: Agencia