El presidente de Colombia, Gustavo Petro, lideró este viernes un consejo de seguridad en el municipio de El Tarra, en el departamento de Norte de Santander, desde el que abogó por que la convulsa región del Catatumbo sea «la capital de la paz» y que «no tenga que ver más la violencia».
Petro fue a la región después de que el miércoles un convoy presidencial que viajaba como avanzada para su visita fuese atacado, reseña EFE.
Además, este jueves al menos dos soldados resultaran heridos tras la activación de un campo minado en un ataque cuando las tropas estaban realizando una operación en la carretera que une al municipio de Zulia con un sector conocido como la Ye de Astilleros.
A pesar de la situación de violencia en la región, una de las más agitadas de Colombia, Petro se desplazó hasta el lugar para lamentar que «este pueblo ha sufrido indudablemente la exclusión como territorio (…), ha sido víctima de innumerables violencias», en un territorio donde «buena parte del abecedario se ha utilizado para bautizar organizaciones ilegales».
En este sentido, presumió que a «este territorio olvidado por el Estado al que no había llegado ningún presidente en la historia de Colombia» ha sido el primer mandatario en llegar, acompañado por el ministro de Defensa, Iván Velásquez, y el de Interior, Alfonso Prada.
Petro propuso «construir el primer lugar de la paz de Colombia, la primera línea de la paz en Colombia» en el Catatumbo, que sea «la capital nacional de la paz», mientras que fue vitoreado al proponer algunas acciones como construir carreteras para conectar la región o instalar una universidad pública.
Disminuir cultivos de coca
«Todas las organizaciones armadas ilegales que hoy existen en el Catatumbo se han comunicado con el Gobierno nacional pidiendo abrir negociaciones de paz con ellos. Tenemos entonces una contradicción, mientras va aumentando espectacularmente el número de hectáreas cultivadas de coca, quienes han vivido de la violencia quieren dejar la violencia», continuó Petro para empezar un alegato por la necesidad de disminuir los cultivos de coca.
Para esto, en palabras del presidente será necesario «tener una visión de territorio que nos ayude y que proponga un camino diferente al de la hoja de coca» en la que se ha convertido en la «primera región de exportación de cocaína del mundo».
La violencia y el cultivo de coca «hay que articularlas de otra manera», abogó.
«Tenemos que lograr que disminuya sustancialmente la producción de coca y lograr que se abandonen las armas ilegales», según Petro, que adelantó que ha aceptado la «idea sugerente» de que el Catatumbo sea el anfitrión de «la primera asamblea de campesinos cultivadores de coca».
En esta reunión «de cocaleros» se buscará «mostrarle a este Gobierno los caminos, las políticas públicas que demuestren que una familia que se dedique a la coca puede cambiarla por una actividad que le garantice más calidad de vida».
Por: Agencia