Para el cierre del séptimo mes del año, el dólar alcanzó los 29,50 bolívares, siendo 5,32 por ciento más caro que la tasa de final de junio en 28, 01 bolívares, según cifras del Banco Central de Venezuela.
Pedro Palma, economista, máster en administración de negocios, PH.D en economía y socio-director de Ecoanalítica, aseguró que en una economía donde hay una inflación mayor que en los países que proveen los productos que la economía importa, debe haber un ajuste del tipo de cambio en línea con ese diferencial de inflación.
Explicó, en entrevista para el Circuito Éxitos, que, si el tipo de cambio no fluctúa o está anclado, eso implica una apreciación real de la moneda, que afecta la competitividad de las empresas para exportar, estimula sustancialmente las importaciones y desequilibra las transacciones externas del país.
“Si tienes mayor inflación interna que tus principales socios comerciales debe haber un dinamismo cambiario para evitar esa apreciación cambiaria. En Venezuela hay esa diferencia y por eso debe haber un ajuste cambiario, los cambios últimamente no están en línea con ese rezago inflacionario”, añadió.
Palma indicó que el país tiene una apreciación cambiaria que afecta las posibilidades de exportar y estimula las importaciones.
“Estamos pensando en 58 a 60 bolívares el dólar para final de año, pero depende de cómo evolucionen muchas variables”, señaló.
Destacó que, en la segunda mitad de junio, el gobierno incremento el gasto público, implicando que la cantidad de dinero en poder del público aumentara de forma importante en junio.
El economista resaltó que ese incremento de 14 por ciento implicó que había más bolívares en el mercado.
“Chevron necesita bolívares y le vende a la banca que contribuye a frenar el aumento del tipo de cambio. En los periodos electorales los gobiernos aumentan su gasto, inyecta más recursos al igual que a final de año”, destacó.
Insistió en que el gobierno ha hecho un esfuerzo por reducir la monetización del déficit público.
“Se deben flexibilizar las sanciones y hacerse más funcionales”, aseguró
Advirtió que las sanciones no tienen la culpa de todo lo que está viviendo el país, señalando que la culpa la tienen las pésimas políticas públicas que se han aplicado desde hace más de dos décadas.
“Las sanciones han agravado la situación porque implican una serie de limitaciones. La evolución de las sanciones ha llevado a la sobrerreacción de múltiples organismos, estos están temerosos de hacer negocios con empresas venezolanas pueden ser sancionados”, aclaró.
El doctor en economía recalcó que las sanciones a quienes menos afectan son al gobierno, por eso se deben flexibilizar y hacerse más funcionales.
Por: Agencias / Foto: Cortesía