El papa Francisco ordenó rebajar un 10 % los sueldos de los cardenales, un 8 % el de los jefes y secretarios de dicasterios y un 3 % el de los religiosos, mientras se mantiene la nómina de los laicos, ante la situación económica que arrastra el Estado.
Se trata de «tomar medidas para la contención de gastos para el personal de la Santa Sede, la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano y otros organismos relacionados» con un Motu propio, un documento firmado por el pontífice, publicado hoy.
El papa explica que, «a raíz de la emergencia sanitaria provocada por el COVID-19, que afectó negativamente a todas las fuentes de ingresos de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano», tomó la decisión de reducir los sueldos para, sobre todo, garantizar todos los puestos de trabajo.
También en el período comprendido entre el 1 de abril de 2021 y el 31 de marzo de 2023 se suspende el devengo de los incrementos de antigüedad de dos años, excepto para los empleados laicos desde el primer al tercer nivel del escalafón, es decir, los sueldos más bajos.
Estas disposiciones se aplican también al Vicariato de Roma, a las Basílicas papales de San Pedro en el Vaticano, de San Juan de Letrán y de Santa María la Mayor, así como a la Fábrica de San Pedro y a la basílica de San Pablo de Extramuros.
Por: Agencia