Un inédito y «robusto» operativo de seguridad acompañará el domingo la ceremonia de asunción de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasilia, para evitar nuevos actos violentos por parte de seguidores de Jair Bolsonaro.
Con agentes de diversas fuerzas desplegados en las calles de la capital brasileña, retenes y hasta una cartilla con recomendaciones para militantes, las autoridades y el equipo de Lula intentan aumentar la seguridad del evento.
Centenares de bolsonaristas se movilizaron desde el balotaje del 30 de octubre, cuando su líder de extrema derecha perdió los comicios ante Lula con el fin de rechazar el resultado de las urnas y pedir un golpe de Estado.
La preocupación creció en la recta final, luego de que la policía detuviera a un hombre por colocar un explosivo en un camión de combustible cerca del aeropuerto de Brasilia, con la intención de provocar «caos», una intervención de las Fuerzas Armadas y frustrar así la toma de poder de Lula.
Operativo récord
El gobierno del Distrito Federal movilizará «el 100 %» de su policía, en un operativo «robusto» que podría involucrar a hasta 8.000 agentes, anunciaron sus autoridades.
Además, un millar de agentes de la Policía Federal cumplirán tareas de inteligencia y seguridad, el mayor contingente empleado para una asunción, dijo la fuerza.
El ministerio de Justicia autorizó el uso de la Fuerza Nacional, una policía especial que es enviada como refuerzo a pedido de los gobiernos regionales, para contener situaciones que atenten contra la ley y el orden.
El equipo del mandatario electo espera que asistan 300.000 personas y ha sido confirmada la participación de 56 delegaciones internacionales, incluidos una quincena de jefes de Estado y de gobierno.
Control de acceso
Las principales vías aledañas a la emblemática Explanada de los Ministerios estarán cerradas, así como la propia arteria que da acceso a la plaza de los Tres Poderes, donde tienen sede la presidencia, el Congreso y la máxima autoridad judicial.
Las autoridades limitaron por razones de seguridad a 30.000 el número de personas que podrán acompañar desde la plaza el discurso de Lula en el parlatorio del Palacio del Planalto.
El resto de sus seguidores podrán ver el acto por pantallas gigantes desde más lejos, y todos deberán pasar por controles policiales al ingresar a la Explanada de los Ministerios.
Además, el aeropuerto internacional de Brasilia tendrá un esquema de seguridad reforzado. Se espera la llegada de 150.000 personas entre el 30 de diciembre y el 2 de enero.
Armas limitadas
El juez del Supremo Tribunal Federal Alexandre de Moraes prohibió hasta el 2 de enero el porte de armas para varias categorías de civiles en Brasilia.
La medida afecta a cazadores, tiradores y coleccionadores de armas, grupos que crecieron exponencialmente en los últimos años favorecidos por la flexibilización del porte impulsada por Bolsonaro.
El juez fundamentó su decisión por la acción de «grupos extremistas» que vienen atentando contra «el Estado democrático de Derecho«.
Panfleto para militantes
El Partido de los Trabajadores de Lula distribuyó entre militantes un panfleto con 14 recomendaciones de seguridad para la ceremonia, entre ellas siempre «moverse en grupo» y, en caso de estar solo, no llevar «objetos que identifiquen su posición política«.
La formación orientó también a «no responder a provocaciones físicas o verbales«.
Por: Agencia