Norte y sur de Inglaterra, un país, dos realidades. Las dos zonas, divididas geográficamente y también por factores sociales, culturales o de lengua, han vuelto en la campaña para las elecciones británicas de este 4 de julio a su tradicional polarización política: el norte, de izquierda laborista; el sur, de derechas.
En los comicios británicos de diciembre de 2019, el Partido Conservador consiguió romper el llamado “muro rojo” laborista del norte a raíz de la promesa del entonces líder “tory”, Boris Johnson, de consumar el Brexit y llevar prosperidad a la zona, reseñó EFE.
Newcastle upon Tyne, símbolo del laborismo del norte
Newcastle upon Tyne, la ciudad del noreste inglés que en su día fue el ‘taller del mundo’, donde nació la primera locomotora, se suministraron barcos o se desarrolló la electricidad, está hoy más desencantada que nunca de las promesas rotas de Johnson.
Para un británico que vende fruta en el corazón de Newcatle, que no quiso identificarse, Johnson es un “idiota” y admitió a EFE que no está interesado en las elecciones de julio “porque, de todos modos, nunca pasa nada. No hay empleos” en el norte inglés.
De igual modo se manifestó Steve, retirado después de trabajar más de treinta años como acomodador de teatro, que aseguró que votará por el líder laborista, Keir Starmer, porque el laborismo “es del pueblo” y porque son “más sensatos que los ‘tories’”.
“Cuando los ‘tories’ están en el poder, el norte no existe para ellos”, afirmó Steve, que calificó también a Johnson como un político “completamente tonto que nunca debió ocupar el cargo (de primer ministro) y demostró que es un mentiroso”.
Las huellas de la Revolución Industrial y de generación de riqueza para el antiguo Imperio Británico están en todos los rincones de Newcastle, como el imponente puente Tyne, sobre el río que lleva su nombre, pero la decadencia y la falta de recursos son notables por el visible abandono general de calles y edificios.
La presencia del laborismo también es palpable en Newcastle, como en el gran cartel de apoyo que cuelga del edificio de Unite, el sindicato de la construcción, la industria y el transporte.
Chichester, un pueblo tradicionalmente conservador
En la otra punta de Inglaterra, en el sur, el pueblo de Chichester no podría ser más distinto en términos sociales y políticos a Newcastle. Agrícola por excelencia, Chichester ha votado por el Partido Conservador en todas las elecciones británicas desde 1868, con la excepción del liberal Charles Rudkin en 1923.
Con una marcada población de avanzada edad, este tranquilo pueblo inglés, famoso por su catedral del siglo XII y el edificio de la Cruz de Chichester del siglo XVI, destaca por su riqueza, con tiendas bien cuidadas, instaladas en algunos casos en edificios del siglo XVIII.
A diferencia del norte industrial, donde la gente se anima a hablar de las elecciones, Chichester sorprende por el silencio de sus habitantes al preguntar qué esperan de los comicios de julio.
No obstante, para Bob Wilson, médico retirado que vivió toda su vida en Chichester, las cosas no cambiarán.
“Espero un poco de lo mismo. No estoy seguro por quién voy a votar porque no hay mucho para elegir”, admitió a EFE, tras quejarse de los pocos esfuerzos que hizo su diputada conservadora, Gillian Keegan, durante la crisis de la pandemia.
Un joven comerciante, Michael, también admitió que aún no sabe por quién votará, pero que seguramente lo hará por los Verdes porque “son los que están haciendo algo” por el cambio climático.
El experto Jonathan Webb, de la Universidad inglesa Sheffield Hallam, explicó a EFE que “la división norte-sur es una característica constante de la política británica. Si bien no es la única desigualdad que existe en el Reino Unido, es aún una de las divisiones más importantes desde el punto de vista cultural y político”.
De cara a los comicios de julio, Webb resaltó que todo indica que “los conservadores perderán la mayoría de los escaños en el norte de Inglaterra que ganaron en 2019. Sus promesas de ‘mejorar el nivel’ del norte no han tenido ningún impacto significativo en las desigualdades que existen entre el norte y el resto de Inglaterra”.
Por Agencia.