La COP16, la cumbre de Naciones Unidas sobre biodiversidad, comenzó oficialmente este lunes en Cali, Colombia, donde 196 países se reúnen hasta el 1 de noviembre para acordar una hoja de ruta para la preservación de la naturaleza de aquí a 2030.
La reunión de dos semanas de los delegados de los Estados miembro del Convenio sobre Diversidad Biológica tiene lugar bajo estrictas medidas de seguridad en esta ciudad del suroeste colombiano en máxima alerta tras amenazas de un grupo guerrillero.
«No nos distraigamos, el planeta no se puede dar el lujo de que perdamos tiempo. Centrémonos en las cuestiones de fondo de las negociaciones (…) tendremos que ponernos de acuerdo para que esta COP sea exitosa«, expresó la ministra de Ambiente de Colombia, Susana Muhamad, durante la ceremonia de apertura de la cumbre.
Muhamad recibió la presidencia de la cumbre y obsequió una réplica de la célebre escultura de Fernando Botero ‘La Paloma de la Paz’ a su antecesor, el Ministro de Ecología y Medio Ambiente de China, Huang Runqiu.
«Tenemos que cumplir con las promesas formuladas. Esto es lo primero y no solo en materia de financiación«, anticipó la ministra colombiana.
El domingo, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, instó a las partes a hacer una «inversión significativa» en el Fondo Marco Mundial para la Biodiversidad (GBFF).
«Quienes se lucran de la naturaleza deben contribuir a su protección y restauración«, dijo Guterres en un mensaje en video.
El GBFF se creó en 2023 para ayudar a los países a alcanzar los objetivos del llamado Marco Global de Biodiversidad de Kunming-Montreal, adoptado en la COP15 de Canadá en 2022 con 23 metas para «detener y revertir» la pérdida de biodiversidad hasta 2030.
Hasta ahora, los países se han comprometido a aportar unos 250 millones de dólares al fondo, según las agencias que supervisan el proceso.
Esas contribuciones forman parte de un acuerdo más amplío para que los países movilicen al menos 200.000 millones de dólares anuales hasta 2030 para la biodiversidad, incluidos 20.000 millones anuales hasta 2025 de las naciones ricas para ayudar a los países en vía de desarrollo.
«Paz con la naturaleza»
Alrededor de 12.000 delegados de casi 200 países, entre ellos una docena de jefes de Estado y 140 ministros, llegarán para esta cita.
Bajo el lema «Paz con la naturaleza«, la cumbre tiene la urgente tarea de idear mecanismos de seguimiento y financiación que garanticen el cumplimiento de los objetivos planteados por la ONU.
Pero la mayor facción escindida de la extinta guerrilla de las FARC, el Estado Mayor Central (EMC), está en pie de guerra contra el gobierno y se propone obstaculizar el evento, en medio de un conflicto armado interno de seis décadas que ha dejado más de 9 millones de víctimas.
Las tensiones en la zona aumentan desde que el presidente colombiano, el izquierdista Gustavo Petro, intervino con el ejército en un bastión del EMC conocido como el Cañón del Micay, en el departamento de Cauca (suroeste).
En Cali han sido desplegados unos 11.000 policías y soldados colombianos apoyados por personal de seguridad de la ONU y Estados Unidos.
Cuenta regresiva
Los delegados tienen mucho trabajo por delante, pues solo quedan cinco años para alcanzar el objetivo de proteger el 30 % de las zonas terrestres y marinas de aquí a 2030.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), que mantiene una lista roja de animales y plantas amenazados, más de una cuarta parte de las especies evaluadas por la organización están en peligro de extinción.
Colombia es uno de los países con mayor biodiversidad del mundo y Petro ha hecho de la protección del medioambiente una bandera de lucha.
Durante su discurso en la apertura el domingo, el mandatario urgió a generar «nuevos modos de producción» y a pensar en «una manera diferente de concebir y experimentar la riqueza que se basa ya no en las energías fósiles de la muerte, sino en las limpias«.
La COP16 es un desafío de seguridad, pero también la posibilidad de darle vuelo internacional a las ambiciosas políticas de la primera administración de izquierda del país: la transición energética y la importancia de las comunidades originarias en el cuidado del planeta estarán en la agenda de los anfitriones.
Colombia alberga además un gran número de pueblos indígenas, muchos de ellos víctimas de la violencia armada.
Por: Agencia