viernes, noviembre 8

No miren abajo

No miren arriba es un película de Adam Mckay dónde dos científicos algo neuróticos representados por Leonardo Dicaprio y Jennifer Lawrence descubren un inmenso meteorito en camino a destruir la tierra.

Por la conveniencia política, cuya única finalidad es mantener el poder, la ignorante y soberbia presidenta de Estados Unidos personificada por Meryl Streep termina haciendo una onerosa campaña publicitaria acompañada de fakes news y medios masivos de difusión comprados para renegar lo que todo el mundo puede ver en el cielo. La llegada de la destrucción del planeta. El slogan imperativo para convencer al pueblo norteamericano de la inexistencia del gigantesco meteoro es; No miren arriba.

En un país lejano al imperio, la segunda derrota consecutiva en menos de dos meses en el Estado Barinas, el campo llanero, cuna originaria de la inspiración de esta involución del siglo 21 pone las barbas en remojo de una poderosa oligarquía oficialista y emergente venida desde abajo.

Es un punto de quiebre, el anuncio de una hecatombe subterránea que derrite los pies de barro de quienes subidos de lote por una preminencia hegemónica cobra la factura de la destrucción de la normalidad. Y la cosecha de la siembra del resentimiento.

Y así como pasa en las películas y en la vida real, la ceguera de la ignorancia y la prepotencia iniciará una de esas intensas propagandas políticas para justificar todo lo malo que sucede muy por debajo de la macolla dignificada.

Así que siempre dentro de mi animosidad colaboracionista acudo al llamado del toque de diana para salvarle la patria a esta sacrificada gente aferrada a las mieles del poder. Claro que esto no es gratis. Yo les puedo salir más barato que Claudio con mis invalorables consejos para atender los daños colaterales provocados por el enceguecimiento y desvarío del pueblo barines. Aquí les voy.

Agarren las facturas de todos los electrodomésticos, tanques y víveres que compraron para regalarles a todos esos malagradecidos y pónganlos a nombre de Freddy Superlano, julio Reyes y de todos los demás candidatos inhabilitados. Denunciar que la derrota es por culpa de la compra de votos por la venganza de estos resentidos.

Para que el resto del país no se entere de esta tragedia electoral propongo un gran esfuerzo supremo de la propaganda oficial con Ultrafakes news, dónde se diga que se perdió en la primera elección para disminuir el efecto mediático de la paliza. No hubo segunda elección, eso nunca sucedió. Aquí hay que decir que Garrido le ganó a Superlano por cien votos, que Arreaza nunca aceptó ser candidato porque él es un hombre urbano y no es del monte. La campaña puede tener un slogan fusilado de la película que les describí con spoilers incluidos al comienzo de este artículo: NO MIREN ABAJO. Esto tiene una explicación bien fundamentada. Que la gente no mire abajo para que no vea el agua que tiene hasta el cuello.

Y por último, después de pasar más de veinte años renegando de las bondades del capitalismo quítense las caretas de una vez, porque sepan que los rusos, los iraníes, los chinos y hasta los cubanos ya no les creen mucho que se diga, Para limpios ustedes, así que establezca negocios con gente con cobres de verdad. Les recomiendo que hablen ante todo con Elon Must y Jeff Bezos. Métanle plata a sus proyectos espaciales. Porque ni uno, ni ustedes saben si algún día hará falta emprender una huida a otro planeta, pero ante todo convenza a los demás malagradecidos del país que NO MIREN A BARINAS. Por favor páguenme por Zelle.

Por Amos Smith