Científicos de la Escuela de Geociencias de la Universidad de Witwatersrand (Wits) en Sudáfrica están estudiando un raro fragmento de meteorito que cayó en la ciudad de Nqweba donde una niña de tan solo nueve años fue la principal espectadora del fenómeno natural, reseñó Unión Radio.
De acuerdo con la información reseñada por Reuters, Eli-zé du Toit estaba en casa de su abuelos en la mencionada ciudad sudafricana cuando vio caer del cielo una roca negra y brillante por fuera, pero con un interior gris, en el el jardín.
Apenas la vio caer, se dirigió a ella; la tomó y se la dio a su madre, quien se la llevó a los científicos. Asegura que tras escuchar un fuerte sonido, fue a donde cayó el objeto para recogerlo. «Todavía estaba caliente (…) como una taza de té una vez terminada su preparación», señaló.
Primero se la mostró a su abuela, quien le dijo que era normal. Luego fue con su mamá, quien buscó en Google y le comentó que posiblemente era un meteorito.
Los científicos, que son de Wits, la Universidad Nelson Mandela y la Universidad Rhodes, dijeron en un comunicado publicado después de la conferencia de prensa que “se cree que el meteorito de Nqweba es un meteorito acondrítico, específicamente un tipo raro dentro del grupo Howardita-Eucrita-Diogenita (HED)”.
“Concluimos que el foco del evento estaba en esta región entre Gqeberha y George y que el cuerpo, según los relatos de los testigos presenciales, se estaba moviendo hacia el este noreste, o noreste esencialmente desde la costa, hacia el interior”, dijo el profesor de Geociencias de la Universidad de Witwatersrand, Roger Gibson.
El meteorito, llamado provisionalmente «Meteorito Nqweba» es una piedra que pesa menos de 90 gramos y tiene un diámetro de cinco centímetros.
Gibson explicó que el gran sonido que se escuchó se llama «estampido sónico», ya que la entrada en la atmósfera del meteorito causó fricción y creó una bola de fuego, lo que provocó que se partiera en el aire.
Como encuentra resistencia, el cuerpo comienza a vibrar y terminar con tensiones dentro y si hay fracturas ya, el mismo facilita su ruptura.
“Lo que vemos en este proceso es una serie de partes del cuerpo original que se van separando lentamente, se ensanchan y luego se apagan. Y es entonces cuando se desaceleran lo suficiente como para que ya no se calienten por la fricción. Entran en vuelo oscuro”, agregó.
Por: Agencias / Foto: Cortesía