El español Rafael Nadal (N.6) derrotó en una batalla épica de más de cuatro horas al serbio Novak Djokovic (número 1 mundial), por 6-2, 4-6, 6-2 y 7-6 (7/4) y se mantiene en liza por conquistar su 14º Roland Garros y aumentar su récord de Grand Slam a 22.
En semifinales, Nadal se enfrentará al alemán Alexander Zverev, verdugo del otro español presente en cuartos, el joven Carlos Alcaraz (N.6), en cuatro sets, por 6-4, 6-4, 4-6 y 7-6 (9/7), reseñó AFP.
Desde que se conoció el sorteo era el partido que todos los aficionados al tenis esperaban y los dos tenistas, que suman 41 Grand Slam, no defraudaron, ofreciendo una obra de arte.
Con la victoria de Nadal, el balance entre ambos en esta rivalidad histórica es de 30 victorias para Djokovic y 29 para Nadal, aunque el español domina claramente en París con 8 triunfos a 2.
Ni la edad (el viernes cumplirá 36 años), ni su maltrecho pie izquierdo que le traicionó en Roma hace tres semanas, ni el partido programado en sesión nocturna, ni el jugar contra el número 1 del mundo… Nada parece poder detener al ‘Rey de la Tierra Batida’.
Pese a que en la previa había dicho que no sabía si sería su último partido en Roland Garros, Nadal demostró desde el inicio que no abdicará fácilmente, ofreciendo un tenis de un nivel como pocas veces se ha visto en la Philippe Chatrier.
Un partido quizás a la altura de las finales de 2008 y 2020, cuando barrió de la pista a Roger Federer (6-1, 6-3 y 6-0) y a Novak Djokovic (6-0, 6-2 y 7-5), respectivamente.
Fue una lección de cómo jugar al tenis: eficaz en el servicio, letal al resto, moviendo de lado a lado al rival abriendo ángulos con golpes a las líneas, efectivo en la red y cometiendo pocos errores no forzados.
Una pura delicia de la que pudieron disfrutar los 15.000 privilegiados que asistieron a la Philippe Chatrier y que apoyaron casi de manera unánime a Nadal.
Inicio arrollador
Solo se explica así el marcador 6-2 en el primer set y 3-0 en el segundo cuando se cumplía 1 hora y 20 minutos de partido, pero en ese momento Djokovic, que no estaba jugando mal, se quiso unir a la clase magistral y reaccionó: con un quiebre en un interminable juego de 18 minutos de duración igualó el set 3-3 y con su servicio se colocó 3-4 con otro juego de más de nueve minutos. ¡Habían pasado dos horas de partido y apenas se había jugado set y medio!
Djokovic jugaba su mejor tenis del partido, dominante con su servicio, mortal con el resto y, además, parecía más fresco físicamente, igualando el encuentro a un set con otro ‘break’ sobre Nadal (4-6).
Como al inicio del partido, Nadal volvió a ofrecer en la tercera manga su mejor versión y se anotó un ‘break’ de entrada con un juego en blanco para romper la dinámica de remontada de Djokovic, que se confirmó cuando el serbio desperdició una bola para devolver el quiebre y el mallorquín le respondió con otra ruptura para colocarse 4-1 y cerrar después el set 6-2, para quedarse a uno del pase a semifinales.
A diferencia de los tres primeros sets, siempre con saque inicial para Djokovic, el serbio logró mantener su servicio y rompió el de Nadal en el siguiente para adquirir una ventaja que le hubiese permitido forzar el quinto set, pero con 3-5 y saque a su favor, Djokovic desaprovechó dos bolas para ganar el parcial y Nadal le hizo le ‘break’.
Djokovic acusó el golpe, sobrevivió hasta llegar al ‘tie break’, pero Nadal ya se sabía ganador y se impuso en el juego decisivo por 7/4 tras 4 horas y 12 minutos de una clase magistral.
Por Agencia