sábado, noviembre 9

Mujer relata el horror de hallar a su esposo venezolano muerto en Nueva York

El emigrante ha sido identificado como John Ortega, según ha trascendido a los medios, y se quitó la vida la pasada semana en el baño de la habitación donde vivía con su esposa e hija de 3 años, en uno de los hoteles que la ciudad ha alquilado para albergar a inmigrantes.

Ortega, de 26 años y padre de tres hijos -aunque solo viajó con una-, llegó a Nueva York junto a su esposa Maryelis Martínez a fines de agosto, según dijo a Efe el activista venezolano Jesús Aguais.

El pasado septiembre una madre venezolana, que llegó a la ciudad con sus dos hijos, también se quitó la vida en un albergue público, en los que se alojan miles de los emigrantes que han sido enviados en autobuses desde Texas, más los llegados por cuenta propia en viajes privados.

Esto ha sido un trauma muy grande para ella (la esposa de John Ortega)”, dijo Aguais a Efe, que explicó que su fundación Aid for Life ha logrado que un terapeuta venezolano le brinde ayuda sicológica a la esposa y la hija.

En una entrevista con el canal 4 de la cadena NBC, Martínez indicó que tras el trauma de encontrar muerto a su esposo, ella y su niña tienen miedo y duermen con otra familia en otra habitación, pero el personal del albergue le advirtió de que sería desalojada si no regresaba a dormir en la habitación que le asignaron.

Indicó además que las autoridades les habían ofrecido ayuda sicológica desde que llegaron a Nueva York, tanto a su familia como a otros inmigrantes, pero “todavía la estamos esperando”.

El pasado domingo, el acalde Eric Adams señaló que 31.000 inmigrantes han llegado a la ciudad, de los que unos 20.000 están en los albergues públicos al reiterar su pedido de “ayuda urgente” a las autoridades estatales y federales.

Mientras, la ciudad se alista para recibir una nueva oleada, tan pronto se decida el futuro del programa del Título 42 que ha permitido las deportaciones exprés. De hecho, el Consejo de la ciudad realizó esta semana dos días de audiencias públicas sobre el tema migratorio.

Aquí lo que tenemos que hacer es buscar más recursos para salud mental. Esta gente son solicitantes de asilo, ya vienen con un trauma” de haber dejado sus países y enfrentar una larga jornada hacia Estados Unidos y haber cruzado la peligrosa selva del Darién (que da acceso a Centroamérica), comentó además el activista.

De acuerdo con lo que le indicó Martínez, el cadáver de Ortega será cremado, para lo que la inmigrante tuvo que recaudar mil dólares entre sus amigos.

Alarma por desapariciones de jóvenes migrantes, incluyendo venezolanas, en el desierto de Arizona

Migrantes jóvenes y atractivas están desapareciendo en una zona del desierto de Arizona, han denunciado sus familias al grupo de rescate Capellanes del Desierto, que contabiliza al menos una docena en los últimos meses y que teme que hayan caído en una red de trata de personas.

«Solamente esta semana acabamos de recibir el reporte de otros dos casos, con estos ya son 12 casos activos que tenemos», así lo dijo a EFE Óscar Andrade, director de la organización humanitaria.

Subrayó que lo más alarmante es que todos siguen un mismo patrón: mujeres jóvenes, físicamente atractivas y desaparecidas en la misma región del desierto de Arizona.

Los familiares han relatado a Andrade que los llamados «coyotes» les dicen que dejaron a las mujeres en el desierto porque ya no podían seguir. Pero después cambian la versión argumentando que lo más seguro es que las arrestó la Patrulla Fronteriza.

Durante años, Capellanes del Desierto han trabajado en la busca de desaparecidos.

Ellos salen al desierto a buscarlos basados en las coordenadas o señales que los traficantes de personas les dan a las familias.

Migrantes venezolanos se entregan para regularizarse en México ante más operativos
Andrade indicó que este año el número de personas reportadas como desaparecidas incrementó considerablemente comparado con 2021.

«Hemos estado recibiendo hasta 20 reportes por semana», precisó.

En algunos casos, el grupo ha tenido éxito encontrando a los migrantes en conjunto con la Patrulla Fronteriza y proporcionándoles primeros auxilios, y en otros solo han encontrado cuerpos sin vida.

«Sin rastro»

Sin embargo, en los casos particulares de estas mujeres no han encontrado ningún rastro de ellas.

«Nosotros contactamos tanto a la Patrulla Fronteriza como a la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) para ver si hay una mujer con las características físicas, por si acaso la persona se cambió el nombre, pero nada», se lamentó Andrade.

Una de las desaparecidas es Lizet Jazmín Baryas, una migrante salvadoreña de 23 años de la que no se tiene noticia desde mayo tras un segundo intento por cruzar el desierto de Arizona.

Ella trataba de reunirse con su esposo, Carlos Alexander Arias, quien la espera aún en Estados Unidos.

«Trató de cruzar una vez, pero la arrestaron y la deportaron, después me habló y me dijo que trataría de nuevo. De ahí ya no supe nada de ella», dijo a EFE Arias.

Lo último que recibió fue una fotografía de ella en ropa camuflada lista para cruzar el desierto.

«El traficante me dijo que los descubrió un helicóptero de la Patrulla Fronteriza, que todos corrieron, que de ahí no la volvieron a ver. Sin embargo ahora ya el coyote ni siquiera me responde el teléfono», dijo el migrante, que vive en Chicago.

La joven había pagado 14.000 dólares a los traficantes para que la llevaran a Estados Unidos.

«Mi mayor temor es que esté en manos de la mafia, que la estén prostituyendo, que haya caído en una red de trata de blancas2, dijo Arias.

Estos temores no son infundados, ya que Andrade asegura que en su papel como capellán ha hablado con varios coyotes para tratar de conseguir pistas sobre qué podría estar pasando o cómo encontrar a estas jóvenes.

Las venezolanas, «un gran negocio»

«Estos coyotes me han dicho que las ‘jovencitas’, especialmente de países como Venezuela, Brasil, son un ‘gran negocio’ para los traficantes de humanos o que simplemente si a uno de los ‘jefes’ le gusta una de las chicas, pues se las quedan», indicó.

Andrade manifestó que incluso han dudado que estas jóvenes realmente hayan cruzado la frontera o desaparecieron en México.

En el caso de la esposa de Arias, asegura que los traficantes le enviaron una foto de la joven, pero se trataba de un montaje, exigiéndoles 6.000 dólares para darle información sobre su paradero, asegurando que la joven estaba en manos de un grupo delictivo.

«Su familia pagó el dinero; sin embargo, solo nos mintieron. Ahora nuevamente están contactando a su mamá en El Salvador, pero no dan ninguna prueba real de que está viva», dijo Arias.

Por su parte, Daniel Hernández, vocero de la Patrulla Fronteriza Sector Tucson, dijo a EFE que cada vez que reciben el reporte de una persona extraviada envían recursos para iniciar su búsqueda.

«Mercancía para los traficantes»

«Desafortunadamente los inmigrantes son solo ‘mercancía’ para los traficantes de humanos, sabemos que no se tientan el corazón para abandonarlos a su suerte«, dijo Hernández.

El agente federal indicó que han tenido reportes de mujeres que han sido violadas por el «coyote» mientras las transportaban.

En medio de la actual ola migratoria, tanto Capellanes del Desierto como la Patrulla Fronteriza urgen a los migrantes a no arriesgar sus vidas en manos de los coyotes.

Andrade alerta a las mujeres que traten de estar en contacto continuo con sus familiares y llamar al 911 si están en peligro, pero les aconseja tratar de presentar sus casos de asilo en los puertos de entrada.

Por: Agencia