lunes, diciembre 23

Mujer denuncia que adulto mayor ofrecía golosinas y dinero a niño para abusar de él

Un adulto mayor de 72 años, de manera sigilosa habría atacado sexualmente a un niño cuando tenía cuatro años, hecho que se descubrió en mayo de 2022 en el sector Los Lirios, parroquia Paracotos, municipio Guaicaipuro, estado Miranda.

Ángeles Benavidez, madre de la víctima, muy atribulada, contó a Avance el calvario que ha tenido que soportar durante 21 meses, casi dos años, a partir del momento de que denunció el caso ante los organismos correspondientes hasta la fecha. Actualmente se siente impotente por la falta de justicia y teme que por las dilataciones el delito quede impune.

Soy comunicadora social y perdí el empleo por dedicarme en cuerpo y alma a esto. Las autoridades me han peloteado. Uno de mis últimos recursos es recurrir a la prensa para que este hecho tenga visibilidad”, apuntó.

El presunto agresor identificado como J. Pérez Benavidez, es tío de la abuela materna del menor, o sea es tío en tercer grado de consanguinidad del menor, quien, dada a la cercanía, porque viven a escasos metros de distancia y por la constante interacción, lo veía como su abuelito.

El hombre aparentemente “seducía” al chamo con chucherías y dinero. Lo llevaba hasta su vivienda y una vez allí le tocaba sus genitales. En una oportunidad supuestamente lo penetró, según afirmó la mamá quien manifestó que nunca notó una conducta inadecuada y mucho menos “extraña” en su familiar, pues siempre se mostraba como un ser cariñoso y bondadoso.

El pedófilo vive en la parte de atrás de nuestra casa. Él abrió un hueco en una cerca y por ahí metía al niño para cometer sus abusos”, sentenció.

Revictimización

La mujer al principio acudió al Consejo de Protección de Niño, Niña y Adolescente para formular la denuncia. Allí quedaron en citar al anciano a la sede del organismo en el edificio Hijos de La Unión, en la calle Guaicaipuro en Los Teques, “pero no lo hicieron”.

Después me enteré que una sobrina de él llevó una carta de fecha de junio, sellada y avalada por el consejo comunal en la cual apoyan a ese individuo. En la comunicación firmada por varios vecinos me describen a mi como una persona con un comportamiento inadecuado, conflictiva, con problemas de convivencia. Nada más alejado de la realidad”.

Añadió que esa gente tanto a ella como a la mamá que la acompaña en esta causa las tildan de “locas, que le metimos ideas en la cabeza a mi hijo para perjudicar al otro, que le dañamos el cerebro. La verdad es que nos sentimos revictimizadas”.

Como en el Consejo de Protección no ofrecieron ninguna respuesta, en agosto de 2022 asistió a la sede del Cicpc en Parque Carabobo (Caracas). En la División de Investigaciones y Protección en materia del niño del Distrito Capital le recibieron la denuncia. De ahí remitieron el caso al Ministerio Público.

En la Fiscalía me decían que debía esperar a que el agresor atendiera la citación, cosa que me parecía absurda porque se debía solicitar una orden de aprehensión. Supe que el fiscal que llevaba el caso en ese momento es amigo de la abogada que lo defiende y por eso creo que nunca lo interrogaron ni lo pusieron preso”.

“Guapo y apoyao”

Pasaron cuatro meses, finalizó el 2022 y no hubo avances. En enero de 2023 Ángeles Benavidez volvió a presionar, esta vez de manera enérgica y logró que se reactivara el caso. Cambiaron al fiscal y el expediente lo mandaron a los tribunales, pero transcurrió casi todo el año y tampoco las averiguaciones avanzaron.

En diciembre de 2023, por fin le hacen las pruebas psicológicas al niño, la de Senamef y también lo interrogan. A él que en estos momentos ya tiene seis años, lo estamos llevando a un especialista porque el trauma ha sido fuerte. Cada vez que lo ve pasar (a Pérez Benavides) por la casa o escucha su voz le entra una crisis de nervios”.

Durante la diligencia judicial el septuagenario ha promovido testigos, “algo ilógico porque eso le ocurrió a mi pequeño estando solo con el atacante. En el proceso ya van tres diferimientos porque los testigos no aparecen”.

Todo se ha ido dilatando porque ese hombre está apadrinado por un mayor de la Aviación y un comandante. Los policías de Paracotos son amiguitos de él. La comunidad lo sigue defendiendo y hasta nos han amenazado porque creen que es un santo. No se descarta que haya más víctimas”, acotó.

Por: Agencia