Neuquén, la provincia argentina, lamenta la muerte del enfermero Daniel Porro, una de las personas que se puso al frente del cuidado de la salud en la provincia cuando comenzó la pandemia de coronavirus. Aunque muchos lloran ahora su partida, en junio del año pasado fue atacado salvajemente por un grupo de vecinos que, además de golpearlo, le prendieron fuego su casa y le robaron su automóvil por el simple hecho de haberse contagiado de COVID-19.
“Nunca se pudo recuperar de aquel rechazo social”, aseguró Miguel Porro, padre del enfermero a LM Neuquén. Y agregó: “En realidad, desde aquel día, no pudo volver a dormir bien. Trabajaba durante el día y, a la noche, se acostaba pero no podía conciliar el sueño. Sufrió mucho e iba a laburar (trabajar) casi sin dormir”.
El hombre indicó que la terrible situación que vivió su hijo lo acompañó durante el último año hasta que su cuerpo “no aguantó” más y murió de un paro cardíaco.
“Fueron días duros”, manifestó Miguel tras remarcar que, además del ataque de los vecinos, Daniel tuvo que soportar otras penurias porque en el trabajo “le soltaron la mano” y lo echaron. Y aunque con el tiempo consiguió un nuevo puesto en otro centro de salud, no pudo olvidar el traumático incidente que había sufrido.
Por Agencia