Una tela negra cubre el retrato de la reina Isabel II que cuelga en el Parlamento de Antigua, una señal del luto en la isla y un símbolo involuntario de un posible futuro sin la monarquía británica en el Caribe.
La muerte de la reina impulsó los movimientos republicanos en una región que alguna vez estuvo dominada por el imperio británico, dicen los analistas, mientras continúan los reclamos a la corona para que se disculpe por el tráfico de esclavos y los pecados de la colonización.
La idea «entró en el discurso dominante de ‘sentido común’ a medida que un espectro más amplio de la sociedad se involucra con los problemas y se pregunta si alguna vez la monarquía hizo algo por nosotros«, dice Kate Quinn, profesora asociada de historia del Caribe en la University College London.
La muerte de Isabel II «y la ascensión de Carlos han dado un mayor impulso al debate sobre el (republicanismo) en la región«, agregó.
Antigua y Barbuda fue el primer país en presentar planes para convertirse en una república tras la muerte de la reina. El primer ministro, Gaston Browne, dijo a los medios que espera celebrar un referéndum sobre el tema dentro de tres años.
Su homólogo de las Bahamas, Phillip Davis, dijo tener esperanzas similares, aunque no presentó un cronograma.
«Para mí, siempre está sobre la mesa«, dijo Davis en comentarios publicados por el periódico local Nassau Guardian el día después de la muerte de la reina. «Tendré que tener un referéndum y el pueblo de las Bahamas tendrá que decirme ‘sí‘».
Jamaica también está considerando dar vuelta la página, idea que el primer ministro Andrew Holness al príncipe Guillermo durante una gira por el Caribe a principios de este año.
Las islas del Caribe están siguiendo un camino que abrió Barbados, alguna vez conocida como la «Pequeña Inglaterra«, pero cuyo gobernante Partido Laborista utilizó el año pasado su mayoría para aprobar una enmienda constitucional que destituyó a la reina como jefa de Estado.
Tienen que pedir disculpas
La medida de Barbados inspiró a los habitantes de Antigua, pero también los hizo desconfiar.
«Barbados acaba de convertirse en una república, les está yendo bastante bien«, dijo a la AFP Kelly Richardson, diseñadora de moda de Antigua y Barbuda, en la capital, St John’s.
Richardson predijo que el Caribe estaría «más unido, más fuerte» si los otros integrantes del Commonwealth (Jamaica, Bahamas, Granada, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Antigua y Barbuda y Belice) también se convirtieran en repúblicas.
Otros, en cambio, opinaron en contra: «¿Estaba en nuestra agenda antes de que Barbados diera el salto? Simplemente no lo parece, así que eso me preocupa«, inquirió otro residente de Antigua, Reul Samuel.
La tensa gira del príncipe Guillermo por el Caribe en marzo fue seguida por una visita del hijo menor de la reina, el príncipe Eduardo, durante la cual canceló un viaje a Granada tras manifestaciones republicanas, refiere la AFP.
Los recientes cuestionamientos a la relevancia de la monarquía británica «deben entenderse en el contexto más amplio de los pedidos de reparaciones, el fracaso de la familia real para disculparse por el papel de la monarquía en los crímenes históricos de la esclavitud y el colonialismo y sus legados contemporáneos«, entre otras cuestiones, dice Quinn.
«Una decisión del pueblo»
La realeza moderna aludió a lo que el rey Carlos llamó la «atrocidad espantosa» de la esclavitud, «que mancha para siempre nuestra historia«.
En Jamaica, Guillermo se hizo eco de las palabras de su padre, al expresar su «profundo pesar» y calificar de «aborrecible» la esclavitud. «Nunca debería haber sucedido«, dijo. Pero hasta ahora, no se ha hecho ninguna disculpa formal.
La inclinación republicana parece ser más fuerte en aquella naciones caribeñas que se independizaron del Reino Unido.
Para los que siguen siendo territorios de ultramar (Caimán, las Islas Vírgenes Británicas, Anguila, las Islas Turcas y Caicos, Montserrat y, más al norte, las Bermudas), hay pocas señales de que la muerte de la reina Isabel II los lleve a buscar la independencia, dice Quinn.
Es una decisión que «debe ser tomada por el pueblo, no por los políticos«, dijo a la AFP el ex primer ministro de Bermudas Sir John Swan, quien renunció como líder de su partido después de que la isla rechazara abrumadoramente la independencia en un referéndum de 1995.
«El mundo en este momento se encuentra en una etapa muy inestable«, dijo, en referencia a la pandemia, el calentamiento global, la inflación y conflictos como la guerra de Ucrania. «Cada país tiene que decidir no tanto cómo fueron tratados en el pasado… sino cómo enfrentar la realidad de cómo son las cosas hoy«.
Por: Agencia