miércoles, junio 26

Monseñor Peña Parra desde el santuario de Fátima: El diálogo es el único camino para una paz estable y duradera 

«Estar aquí el 13 de mayo significa sobre todo responder a una llamada a la oración, para sumergir en el Corazón Inmaculado nuestro mundo herido y que sufre por la falta de paz», lo dijo esta mañana el monseñor  venezolano Edgar Peña Parra, en la homilía de la misa celebrada en el Santuario de Fátima en la fiesta que conmemora la primera aparición de la Virgen a los tres niños pastores.

El Sustituto para Asuntos Generales de la Secretaría de Estado recordó la invitación del Papa a rezar el Rosario por la paz todos los días: «La Virgen trae la paz: es para darnos el Príncipe de la Paz y para traer nueva vida al mundo», reseña Vatican News.

En su homilía, el prelado subrayó la dimensión esencial de la escucha en la vida cristiana: «Incluso en el ámbito internacional, pensamos en lo importante que sería escuchar las razones de los demás y dar prioridad al diálogo y a la negociación, únicos caminos para una paz estable y duradera, en lugar de actuar movidos por la búsqueda codiciosa y precipitada de los propios intereses. La escucha, hecha de silencio que abre el corazón, ayuda a desactivar la rabia y el resentimiento, y a encontrar el camino de la paz. Muchos aman el silencio que se respira en Fátima. Es el silencio de la escucha, la puerta de la fe: amarla y conservarla cada día es una gracia que hay que pedir a la Virgen».

Recordó la próxima Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en Portugal en 2023 con el tema: «María se levantó y partió sin demora» (Lc 1,39) y concluyó: «Hermanos, hermanas, levantémonos y vayamos deprisa para llegar a la vida de los que nos rodean: por ellos soñemos y, con la ayuda de Dios, construyamos una Iglesia de rostro joven y hermoso, «que brille cuando sea misionera, acogedora, libre, fiel, pobre en medios y rica en amor» (Francisco, Homilía, Fátima, 13 de mayo de 2017)».

Ayer por la tarde, monseñor Peña Parra encabezó la tradicional procesión «aux flambeaux» en la zona del Santuario en un ambiente de alegría tras dos años de cierres e inconvenientes por la pandemia. También en esta ocasión, reiteró que desde Fátima se reza «incesantemente por el don de la paz en Ucrania y en todo el mundo»: «Esta peregrinación nuestra es también un signo de la profunda y renovada encomienda a María, Mujer de la Resurrección y Madre de la Confianza y, a través de Ella, en el Señor, para quien nada es imposible».

Por: Agencia