viernes, noviembre 22

Monseñor Azuaje: «José Gregorio no vino de paseo, vino para quedarse»

El arzobispo de Maracaibo, José Luis Azuaje, afirmó este domingo que José Gregorio Hernández, cuarto beato de la Iglesia venezolana, no vino de paseo como lo hizo en 1888, sino que vino para quedarse».

Azuaje hizo la referencia en el marco de la santa eucaristía donde presentaron la reliquia del Médico de los Pobres ante la imagen sagrada de María del Rosario de Chiquinquirá.

Durante su homilía el arzobispo de la capital zuliana leyó un pasaje de las cartas que el beato de Isnotú escribió durante de una visita que hizo a la ciudad a finales del siglo pasado en la que destaca la belleza de sus templos, religiosidad de su pueblo y el buen clima.

«Creen ustedes que este momento en el estado Zulia no hay médicos obrando genialidades por intervención de José Gregorio Hernández. Claro que sí», destacó Azuaje.

Destacó que José Gregorio permaneció en el amor de Dios, porque lo amó y supo expresarlo religiosamente, pero también lo supo practicar en su vida personal y profesional.

«Con la oración las buenas prácticas médicas y la caridad con la responsabilidad y el aprovechamiento del tiempo con la amistad y el encuentro con las personas con la alegría y la esperanza porque era un hombre alegre, recalcó el clérigo.

Llamado benevolente

Azuaje hizo un llamado de atención a la feligresía zuliana a respetar las normad de bioseguridad y el distanciamiento para evitar nuevos contagios por el virus del COVID-19, pues hay usuarios de redes sociales que atacan a clero por no cumplir con las actividades propias de cada parroquia.

“No podemos tener los templos llenos de gente y menos cuando hay personas que no se cuidan, que no cumplen con las normas de bioseguridad, que no utilizan tapaboca y menos respetan el distanciamiento”, agregó.

Puntualizó que mientras continúe la segunda ola de contagios no será la Iglesia la que facilite el contagio.

Aseguró que monitorearán cada parroquia en base a eso tomarán las decisiones, además pidió orar por el derecho a la vacunación.

Por: José Manuel Sánchez / Fotos: Lizaura Noriega