
El arzobispo de Maracaibo, José Luis Azuaje, afirmó este martes, 18 de noviembre, que el estado Zulia debe ser una tierra de santos, pues las familias e instituciones pueden estar habitadas por santos.
«Así que mis hermanos todos estamos llamados a ser santos. Nos podemos preguntar, ¿qué nos hace falta? Nos falta mucho más amor, amar al prójimo, lo que hacemos, amar nuestras propias responsabilidades, amar a nuestro terruño zuliano, así como a nuestra historia y tierra, amarse a uno mismo, pero no de forma narcisista, sino cuidando a la criatura de Dios hecho a imagen y semejanza de Él que vive dentro de nosotros», destacó el máximo clérigo de la región.
Azuaje destacó, durante la homilía de la Solemnidad de María del Rosario de Chiquinquirá, que solo en el amor, el ser humano encuentra la plenitud y de esta manera «viviríamos en paz» y la inteligencia sería entendida aportando el bien y la construcción de oportunidades para el desarrollo humano y no tanto por el conflicto continuo y el descarte de personas.



«En todo este camino, que es sinodal y debe ser junto, nos acompaña siempre María de Chiquinquirá para compartir con el pueblo para animarlo a acudir a su Hijo, pero también para que nos salvemos mutuamente», indicó el arzobispo.


Vocación educativa
Monseñor Azuaje también mencionó en su predicación a San José Gregorio Hernández y Santa María Rendiles, de reciente canonización, quienes desde su servicio y profesión, educaron tal cual y como la Iglesia venezolana lo hace a través de sus escuelas, institutos y universidades.
«Nuestro Santo José Gregorio Hernández encarnó la santidad desde la ciencia, su servicio trascendió la medicina. Santa Carmen Rendiles tuvo una vida que fue testimonio de residencia. Así San José Gregorio y Santa Carmen Rendiles fueron educadores y sabían que la Iglesia tenía una vocación educadora, una misión formativa a través de un centenar de instituciones educativas con vocación cristiana», añadió.
Así mismo, recordó que María tuvo una vocación educativa estando al servicio de quien lo necesitaba, igual que lo hicieron los dos primeros santos venezolanos.
Al finalizar la eucaristía, la Basílica Santuario Mariano entregó el Relicario de Oro al Instituto Niños Cantores del Zulia, que tal día como hoy, pero hace 50 años, inició sus actividades como formadores de hombres con valores cristianos y altas actitudes educativas.

Por: José Manuel Sánchez/ Fotos: Lizaura Noriega

