lunes, julio 1

Monseñor Azuaje: El padre Lükert defendió con un verbo encendido los derechos de los más necesitados

El clero y la grey del estado Zulia despidieron este lunes a monseñor Roberto Lükert León, arzobispo emérito de Coro, pero hijo de esta región, con una eucaristía en la Basílica Santuario Mariano de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá.

La misa, presidida por monseñor José Luis Azuaje, arzobispo metropolitano de Maracaibo, estuvo marcada por la sencillez, pero sin dejar de lado el protocolo destinado para estas ocasiones por parte de la Iglesia católica debido a la embestidura que ostentaba Lükert dentro de la fe apostólica y romana.

En la homilía Azuaje describió a Lükert como un buen pastor para el pueblo, que, además, centró su vida en Cristo, pero desde la alegría, con un humor inteligente “que refrescaba la noche oscura que cada uno tenemos en la vida”.

“Al ser un buen pastor supo caminar con el pueblo, en el ejercicio de su ministerio, su cercanía a todos, favoreciendo a los caídos, como las tantas veces que visitó las cárceles para animar a los presos políticos en la defensa de los derechos humanos. Con un verbo encendido, como los profetas en la denuncia de las injusticias, en escuchar y consolar a los sufrientes con palabras llenas de esperanzas”, detallo.

El alto representante de la Iglesia en Maracaibo agregó que el estilo de monseñor Lükert fue “muy característicos” en momentos de “mucha tensión” social y política.

“Nuestro hermano Lükert era muy especial en hacer de los detalles una norma de vida. Cualquier cosa por pequeña y humilde que fuera, era importantes para entablar un diálogo, pero un diálogo alegre y sobre todo entendible. Esa era una forma de acerca a la gente a Dios”, señaló.

Una vida dedicada a la Iglesia y la crítica oportuna

Azuaje destacó que el arzobispo emérito de Coro fue un “buen amigo” de los sacerdotes de los obispos y los sacerdotes, pues cumplió a cabalidad obtenidos en la Conferencias Episcopal de Venezuela (CEV) como presidente de la comisión de Liturgia, también de la comisión de medios de comunicación, también presidente de Cáritas de Venezuela, donde desplegó un servicio a los más necesitados.

“Fue encargado de la comisión de Justicia y Paz de la CEV, donde realizó un servicio de acompañamiento a las víctimas perseguidas por el régimen, visitando centros penitenciarios a si no lo dejaran entrar y recibiendo familiares angustiados ante la suerte sus seres queridos. Tenía capacidad de ofrecer consuelo y esperanza”, subrayó.

Monseñor Lükert también sirvió como vicepresidente de la CEV y presidente de la Comisión de Medios de Comunicación del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño.

“Por eso decía (Lükert) que le pedía a Dios era que no se le fuera a enfermar su lengua. Como hermano mayor fue respetuoso de quienes veníamos después en el servicio episcopal. Siempre había una palabra de enseñanza y de ánimo en momentos de conflicto. Su buen humor al llevar la vida con alegría ponía en sus labios una anécdota, una historia o un cuento que ayudaba a mejorar el ambiente reflexivo y la necesaria cordura en las decisiones a tomar”, recordó el arzobispo de Maracaibo.

Según Azuaje, Lükert tuvo seis amores que manifestó en su vida. El primero fue el amor al pueblo zuliano, segundo amor al pueblo falconiano, particularmente a Coro; luego la Iglesia a la cual sirvió, también amaba a Venezuela, que lo llevó generar una narrativa de denuncia ante los atropellos a la dignidad de la persona humana y el empobrecimiento del pueblo.

“El amor a nuestra señora de Guadalupe, una advocación que supo meter en su corazón de pastor y el amor a la Chinita, nuestra señora del Rosario de Chiquinquirá, a quien sirvió profundamente desde esta Basílica Santuario de la Virgen, enseñando la virtudes de la madre de Dios para acercar a la feligresía a su hijo Jesús”, puntualizó Azuaje.

Tras finalizar la misa, monseñor Lükert fue trasladado hacia la iglesia Nuestra Señora de la Asunción donde habrá una capilla ardiente desde su llegada hasta las 9.00 de la noche. Mañana martes ese mismo templo abrirá sus puertas a las 7.00 de la mañana y a las 12.00 será la misa exequial por su descanso.

Texto y foto: José Manuel Sánchez