Unos 17 misioneros cristianos de Estados Unidos y sus familiares, incluidos niños, fueron secuestrados el sábado por una pandilla en Puerto Príncipe, la capital de Haití, cuando salían de un orfanato, según reportes de funcionarios de seguridad haitianos, citados por The New York Times.
Las autoridades locales dijeron que los misioneros fueron secuestrados de un autobús que se dirigía al aeropuerto para dejar a algunos miembros del grupo, antes de continuar hacia otro destino en Haití.
Los misioneros y familiares, principalmente estadounidenses, fueron secuestrados en Haití el sábado después de regresar de una visita a un orfanato, según una alerta de audio de su grupo de ayuda cristiana y una persona familiarizada con el secuestro, lo que marca el último de una ola de secuestros en la nación caribeña.
Un audio descrito como una “alerta de oración” de Christian Aid Ministries con sede en Ohio y obtenido por The Washington Post declaró que “hombres, mujeres y niños” asociados con el grupo estaban retenidos por una pandilla armada. Los secuestrados incluían personal de la organización y miembros de la familia, según la grabación.
“El director de campo misionero y la embajada estadounidense están trabajando para ver qué se puede hacer”, dijo la voz en la grabación. Más tarde agregó: “Oren para que los pandilleros lleguen al arrepentimiento y la fe en Jesucristo”.
El secuestro de los misioneros estadounidenses ocurrió solo un día después de que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas extendiera su misión en Haití por nueve meses en una votación unánime el viernes.
Muchos haitianos han estado pidiendo a Estados Unidos que envíe tropas para estabilizar la situación, pero la administración Biden se ha mostrado reacia a comprometerse con las botas sobre el terreno.
El Departamento de Estado dijo: “El bienestar y la seguridad de los ciudadanos de EE.UU. en el extranjero es una de las más altas prioridades del Departamento de Estado. Somos conscientes de estos informes y no tenemos nada más que ofrecer en este momento”.
La agitación política de la nación se intensificó aún más después de que el Sr. Moïse fuera asesinado en su casa en julio, un asesinato que sigue sin resolverse. Los pocos funcionarios que quedaban en el país pronto comenzaron a luchar por el control del gobierno, y el faccionalismo ha continuado durante meses, con funcionarios acusándose unos a otros de participar en la conspiración para asesinar al presidente.
Desde entonces, las pandillas se han vuelto más asertivas. Operan a voluntad, secuestran a niños en su camino a la escuela y pastores en medio de la entrega de sus servicios.
Por Agencia