domingo, noviembre 24

Miles de personas protestan en Viena contra el confinamiento y la vacunación obligatoria

Varias miles de personas se manifestaron este sábado en Viena, la capital austriaca, en contra del confinamiento y la vacunación obligatoria anunciados el viernes por el gobierno para intentar frenar el aumento de casos de COVID-19.

El organizador de la protesta fue el partido de extrema derecha FPÖ, pero su líder, Herbert Kickl, no acudió por ser positivo al virus.

Con pancartas denunciando «la corona-dictadura» y eslóganes como «no a la división de la sociedad», la multitud se reunió en el corazón de la capital austriaca, cerca de la cancillería.

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La protesta se desarrolló bajo fuerte vigilancia policial, ya que las fuerzas del orden temían la llegada de hinchas violentos, militantes neonazis y del movimiento identitario, de extrema derecha.

«No es normal que nos quiten nuestros derechos», dijo Katarina Gierscher, profesora de 42 años que hizo seis horas de trayecto para llegar desde el Tirol, en la frontera con Italia. «El gobierno nos quiere dividir. Tenemos que mantenernos unidos», agregó.

El canciller austriaco, el conservador Alexander Schallenberg, anunció el viernes un confinamiento total de la población hasta el 13 de diciembre. Una semana antes, el gobierno había anunciado también un confinamiento de las personas no vacunadas.

A partir de este lunes, los 8,9 millones de austriacos no podrán salir de su domicilio salvo para realizar compras, hacer deportes o acudir al médico. Las escuelas siguen abiertas, pero se recomendó a los padres guardar a los niños en casa.

Además, el gobierno también prepara una ley para tornar la vacunación obligatoria para los adultos a partir de febrero.

Schallenberg criticó el viernes las «fuerzas políticas en este país que se oponen con vehemencia» a la vacunación y denunció un «atentado contra nuestro sistema de salud».

Austria alcanzó niveles de contagio que no se veían desde la primavera boreal de 2020: más de 15.000 nuevos casos diarios, mientras que la tasa de vacunación ronda el 66%, es decir, ligeramente por debajo de la media europea.