Brasil está desplegando cientos de policías y soldados para expulsar a los mineros ilegales acusados de desatar una crisis humanitaria en las tierras indígenas yanomami, de donde miles de estos invasores empezaron a huir por cuenta propia, informaron este lunes las autoridades.
De acuerdo con el ministro de Justicia brasileño, Flavio Dino, las autoridades estiman que unas 15.000 personas invadieron ilegalmente esta área protegida en la Amazonía, donde los indígenas acusan a los buscadores ilegales de oro de asesinar y violar a miembros de su comunidad, contaminar el agua con mercurio y provocar una crisis alimentaria al destruir la selva, reseñó AFP.
El gobierno brasileño afirmó que empezó a desplegar más de 500 policías y soldados en el terreno, para una operación de expulsión de los mineros que comenzará esta semana, señaló Dino.
Éxodo minero
Mientras tanto, miles de mineros ya empezaron a huir por su cuenta, aseguró Dino, después de que el presidente brasileño, el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, ordenara la semana pasada una zona de exclusión del espacio aéreo sobre la reserva, impidiendo la circulación de la avionetas que los mineros usan para transportar comida y suministros.
Dino celebró el éxodo, asegurando que el gobierno prefiere que los invasores se retiren pacíficamente, “sin conflictos”. Pero advirtió que esto no los dejará impunes.
“Todos aquellos que cometieron delitos como genocidio, crímenes ambientales, financiación de minería ilegal y lavado de dinero” serán procesados, afirmó Dino el lunes en una conferencia de prensa en Brasilia.
Los medios locales publicaron imágenes de numerosos grupos de mineros huyendo del remoto territorio en la selva amazónica.
Según relatos recogidos en los medios, algunos están emprendiendo caminatas de hasta 30 días por la selva y otros se han apiñado en barcos para dejar el territorio por los ríos, haciendo crecer el temor de accidentes por sobrecarga.
También surgieron informes sobre conflictos.
Investigación
El Ministerio de los Pueblos Indígenas dijo el lunes que recibió un informe según el cual mineros en huida asesinaron a tres indígenas que habían tenido su primer contacto con el mundo exterior recientemente.
“No puede ser que los 30.000 yanomami sigan conviviendo con los 20.000 mineros ilegales en su territorio”, dijo el sábado la ministra de los Pueblos Indígenas Sonia Guajajara, que estuvo en el terreno para coordinar la respuesta humanitaria.
La reserva yanomami, ubicada en la frontera con Venezuela, es la mayor tierra indígena de Brasil, con 96.000 km2.
La policía abrió la semana pasada una investigación por posibles crímenes contra miembros de la etnia yanomami, incluido el de “genocidio”, después de que las fotos de niños gravemente desnutridos causaran impacto internacional.
La minería ilegal aumentó abruptamente durante el mandato del expresidente de ultraderecha Jair Bolsonaro (2019-2022), un defensor de la apertura de las tierras indígenas para esa actividad. Durante su gobierno también hubo un aumento alarmante de la deforestación en la Amazonía.
Por Agencia