Migrantes que acampan en el río Bravo o Grande realizaron un viacrucis este Viernes Santo en la frontera de México con Estados Unidos para pedir a los gobiernos de ambos países que terminen con las políticas que les causó sufrimiento.
El viacrucis recorrió cerca de 300 metros por la rivera del lado estadounidense del Bravo, donde algunos de ellos tienen más de tres días acampando frente a la barricada de alambre de navajas y bajo la vigilancia de la Guardia Nacional de Texas.
Al final, encajaron una cruz en la cerca de púas que ha colocado el gobernador de Texas, Greg Abbott, con la leyenda ‘Al migrante bendice, escucha’.
“Le pedimos, señor gobernador, sea sensible, este no es un número migratorio, estas son familias que provienen de países sumergidos en la miseria, en la violencia, este viacrucis representa la indiferencia social”, expresó en el acto Carlos Mayorga, coordinador del colectivo Ángeles Mensajeros.
El activista agregó que es lamentable que los gobiernos ignoren la necesidad de estos migrantes de abandonar todo lo que tienen en sus países para buscar un futuro mejor en Estados Unidos.
“A cada uno de los migrantes que cargan su cruz los crucificamos con nuestra indiferencia, con la pasividad del presidente de los Estados Unidos (Joe Biden), con la indiferencia de la gobernadora del estado de Chihuahua (donde está Ciudad Juárez), Maru Campos”, señaló el activista.
“Es triste que cada uno de ellos, cada minuto, cada hora, cada día, represente un viacrucis porque nadie los quiere escuchar”, añadió.
Entre la fe y la crisis humanitaria
Una mujer, un hombre y un niño migrantes cargaron la cruz de manera simbólica para recordar el camino de sufrimiento de Jesucristo y representar que a diario viven su propio viacrucis migratorio.
“Este viacrucis fue algo doloroso, como el que estamos sintiendo en carne propia”, relató María Patajalo Ramos, ecuatoriana de 31 años que cargó la cruz durante la última del recorrido.
La escena ocurrió mientras crece la tensión entre México y Estados Unidos por la migración, pues este 2024 coinciden las elecciones presidenciales en ambos países.
“Aquí llevo tres días y lo único que nosotros pedimos al señor presidente de Estados Unidos es que nos de un asilo, que escuche nuestras historias porque es algo terrible que estamos viviendo en el país de Ecuador”, agregó la mujer de Ecuador.
Dijo que la parte más dura de su propio viacrucis es el haber dejado a sus dos hijos en su país, donde cada vez es más difícil sobrevivir a la violencia y a la crisis económica, según relató.
“Extorsiones, mucha delincuencia, que no nos alcanza para poder mantener a nuestra familia. En mi caso yo tengo dos hijos, una de 12 años y uno de un año y medio y tuve que dejarlos porque la situación económica está muy mala”, agregó.
Dijo que en el camino hacia la frontera sufrieron robos, durmieron en la calle, y ahora se encuentran con una muralla de alambre de púas casi imposible de cruzar.
Durante todo el acto, la vigilancia del lado de Texas aumentó.
El punto 36 de la frontera entre Juárez y El Paso fue uno de los epicentros del flujo migratorio en 2023, cuando México reportó una subida de cerca del 77 % en la migración irregular con más de 782.000 extranjeros indocumentados detectados.
Por Agencia