jueves, noviembre 21

Mi recuerdo del presidente Herrera Campins

Es justo dar testimonio acerca de personas a quienes debemos agradecimiento, es bueno hacerlo, cuando el testimonio habla del sentimiento que generó en uno mismo esa persona, me refiero en este momento al presidente Luis Herrera Campins.

Siendo capitán, comandante de la batería de defensa aérea en Valencia, me correspondió muchísimas veces, por ser una batería aislada como llamábamos a una unidad que tenía, a pesar de su tamaño, las condiciones de táctica, rendirle honores al presidente de la república en Valencia, Carabobo, incluso en otros pueblos del interior del estado.

La impresión que me produjo siempre el presidente Herrera era de un hombre probo, íntegro, sencillo, bien intencionado, afable, de una mirada serena, y lo digo porque le miraba a los ojos y cuando le rendía los honores, cuando le daba la bienvenida y caminaba con él a revisar las tropas de mi batería, en sus visitas al estado.
Lamenté mucho después señalamientos y acusaciones en la que una persona aparecía cerca de él, inmerso en actos de corrupción. Ningún gobernante está exento de que algún servidor público que reciba confianza, la use para apropiarse de lo público.

Pero lo que quiero es contar un poco y recordar el papel de Herrera Campins después de mi primera participación en la vida pública, como candidato a gobernador del estado Zulia, en la última década del siglo XX.

Aquella fue una campaña muy dura, salimos desde cero prácticamente, con conocimiento o reconocimiento a la acción cívico militar que habíamos desempeñado en el Zulia el 4 de Febrero, que el común de la gente decía había sido exitosa. (En realidad, no fuimos exitosos, porque el objetivo no era el estado Zulia ni la región occidental, era el país).

Fue una campaña, como usamos decir, con las uñas, apoyado por algunos compañeros de lo que entonces era la Causa Radical, nos metimos como dicen tradicionalmente los hípicos, por los palos, pegados a la baranda.

Caminando, conversando con la gente, decenas de reuniones, confrontando con los dos grandes partidos de entonces: Copei tenía como candidato al alcalde de Maracaibo y Acción Democrática, al exgobernador Omar Barboza.

Ganamos, con la certeza de haberlo hecho inclusive con cierto dolor, porque algunos compañeros, llevados por la emoción, no comprendían en ese momento, la razón de nuestra decisión de ir a la contienda electoral como vía al gobierno.

Competimos en desventaja, pero ganamos y el pueblo lo entendió, el Zulia que es un pueblo espiritualmente tan elevado, tan lleno de nobleza y puso a un andino, exmilitar al frente del gobierno regional.

Pero no estaban dispuestas algunas élites de los viejos partidos a entregar el poder, a entregar el gobierno, con los pocos compañeros que se sumaron, fundamentalmente independientes, y repito del liderazgo regional de la Causa Radical, que no tenía en ese entonces fuerza en el estado, más que algunos jóvenes que venían de diversos movimientos estudiantiles y una base popular muy batalladora.

El triunfo tuvimos que defenderlo en la calle. Fueron varios días, creo que cuatro o cinco de marchas, que salían desde la Avenida Guajira, muy cerca del comando de la Guardia Nacional, en Granja Alegría, donde estaba reunido el CNE regional, desde allí con muchas personas espontáneas de pueblo, alguna descalza o en chancletas, con ollas, sonándolas con los cucharones, marchábamos todos los días, cuando bajaba el sol hasta la plaza Bolívar de Maracaibo.

Fue obligante y comprometedor sentir, oír a nuestro lado a la gente de a pie, a la que solo quería que le ayudáramos para vivir mejor, que solo sentía rechazo a lo que estaba ocurriendo en el país, en el estado y nos puso sobre los hombros esa gran responsabilidad de lo que ellos pensaron sería su redención, de lo que nosotros queríamos cambiar y queremos cambiar todavía a estas alturas para la vida digna, para la vida mejor de todos los hombres y mujeres de nuestra tierra.

Una noche estaba en el Hotel Maruma, masticando jengibre y metido en una bañera para hidratarme después de la marcha del día, creo era el quinto día, porque ya la voz no salía, en ese instante recibo una llamada del presidente Herrera Campins.

Inicialmente no quería recibirla, sentía rabia, sentía abandono, sentía impotencia. Le respondo y le digo todas las cosas que tenía en el pecho: ese robo de la voluntad popular que ocurre, da razón a lo que hicimos con las armas, lo demuestra la forma en que se comportan en el CNE, nos están robando los votos, no aceptan que ganamos, la democracia solamente es una palabra, una mala palabra que utilizan, pero no es cierto, no son demócratas realmente la gente de su partido ni la gente de Acción Democrática.

El presidente me oyó hablar, era también el presidente de Copei entonces, y me dijo: se me presentó un líder importante de Acción Democrática y me ofreció que nos dejaban Falcón, Cojedes y Guárico y que a cambio de eso los dejáramos hacer su trabajo en el Zulia.

Le respondí con más fuerza, presidente ahí está la evidencia, ahí está, usted mismo sabe que la razón es cierta y la verdad está de nuestro lado, yo estoy tratando demostrar que es por la vía electoral, pero hay compañeros que piensan todavía, lo evalúan, creo que ustedes confirman que tienen razón, que solo se llega por la vía de la violencia para cambiar las cosas desde el poder.

Él me oyó en silencio y después me dijo oiga usted mi respuesta al emisario: yo le dije a la persona que vino de Acción Democrática que nosotros ganamos Falcón, perdimos Guárico y perdimos Cojedes, así que defienda usted su coroto comandante.

Y yo le respondí presidente cómo lo voy a defender si están acordados, si al interior del CNE (me enteraba de todo esto por la información que me enviaban los compañeros que estaban dentro), Copei ya tiene la Secretaría de Obras Públicas, tiene la Secretaría de Educación, no sé qué otra habían acordado ya en Granja Alegría o en las reuniones que tenían entre los jefes de ambos partidos.

Él me dijo eso estaba ocurriendo hasta hoy, mañana va un delegado directo enviado por el presidente de Copei y no hay ninguna negociación para el robo de votos, se van a contar los votos y si usted ganó, Copei va a decir que usted ganó y usted va a ser el gobernador del estado Zulia. Esto lo reafirmó porque algunas personas dicen que fue un general que obligó a reconocer nuestro triunfo.

Realmente pudimos defender la voluntad popular, gracias a esa actitud demócrata, civilista, honesta del presidente Herrera Campins y ese es el testimonio que quería dar en este en este artículo, no podemos decir todo es malo, todo no sirvió, todo es nulo, no comenzamos nunca desde cero. Iniciamos desde un punto y nos corresponde siempre eso, mejorar lo bueno y cambiar lo malo y el presidente Herrera Campins esa noche me dio una verdadera lección de decencia, de transparencia, de democracia verdadera.

 

Por Francisco AriasCárdenas