miércoles, diciembre 18

Mérida celebró Día Mundial de Tejer en Público

En la plaza Las Heroínas de Mérida, se llevó a cabo la actividad del Día Mundial de Tejer en Público con la participación de tejedores de la entidad, con el objetivo de incentivar este oficio en la población.

Patricia Anzola, organizadora de la actividad en la ciudad de Mérida, explicó “es un evento voluntario que reúne a las personas que tejen para llevar a cabo la acción en público y demostrar que “no solo las abuelitas, o mujeres hacen esta actividad, aquí hay adultos y jóvenes, mujeres y hombres que fueron receptivos al llamado a participar en el evento de tejer en público, una actividad para todas las edades, para celebrar este día que nos permite conocernos, intercambiar técnicas y ver los productos de cada uno”, reseñó Últimas Noticias.

Día Mundial de Tejer en Público

La organizadora del evento destacó que en Mérida le sumaron otra finalidad: tejer a varias manos. Esto se logra con los presentes en el evento tejiendo simultáneamente un mismo tapiz, una pieza decorativa, para luego donarla a una casa o centro cultural de la ciudad, como lo es la Casa de Antiguos Gobernadores, Casa Bosset o la Casa Juan Félix Sánchez.

Explicó que en la entidad se tiene cultura del tejer, “aquí hay variedades de lanas, la pasión, las energías, las diferentes técnicas, en dos agujas, crochet, macramé o en telar, hay muchas especialidades, en mi casos mis tejidos son amigurumis, que es un tejido crochet pero son muñecos, y en el evento cada uno tiene su arte, desde ropita para bebes, accesorios para la montaña, gorros, bufandas como piezas decorativas, tapetes, cortinas, cubrecamas, hay variedad”.

Manos creadoras

Betty Parra, merideña que aprendió el oficio de tejer a los seis años de edad gracias a su madre Gladys Quintero -y una tía-. Relata que tejer es cultura, tradición, es encontrarnos con nuestras raíces, con las mujeres y abuelas del páramo, y de creatividad, (…) el tejido es un punto de inspiración para acobijarnos entre todos.

Mencionó Parra que en Mérida, se cuenta con la escuela ubicada en el municipio Rangel (Mucuchíes), en el sector de Moconoque, en la cual, enseñan la técnica del teñido e hilado de lana, es decir todo el proceso con lana.

“La escuela cuenta con la profesora Margarita, que imparte muchos conocimientos ancestrales, también aprendí con las profesoras Dora Sánchez y Margarita, que ya no están en este plano terrenal. Con ellas aprendí desde el esquilado de las ovejitas, hasta el lavado y teñido de la misma para elaborar piezas como medias, ruanas y cobijas, con los telares”, describió Parra.

Tejer: crear con las manos

Agregó que la celebración ha sido muy provechosa, fue un punto de reencuentro con las tejedoras de antes y con las nuevas generaciones.

Asimismo, Gladys Quintero, tejedora de Mérida, expresó que aprendió el oficio a la edad de 20 años con la guía de las revistas especializadas en este tema que salían en esa época. Me relajaba y fue un incentivo para mi hija, quien me veía desde pequeña y acogió el tejer en su vida.

Deimar Monsalve, merideña aprendió a los 10 años a tejer con su abuela, expresó, “me llamó la atención cómo mi abuela podía crear con las manos, era para mí como una especie de juego, de poder entrelazar hilos y crear una pieza.(…) aquí en la ciudad de Mérida, tuve la oportunidad de relacionarme con la Fundación Ruta Lana que se dedica al tejido de telar. Actualmente, me identifico con los Amigurumis, es la técnica japonesa que me permite transmitir ternura”.

Tejido e identidad

Zulay Malavé es una tejedora oriunda de Puerto la Cruz que aprendió desde pequeña con su mamá. Se mudó a Mérida para estudiar arquitectura y se enamoró del telar.

Destacó que conoció a la maestra artesana, María Águeda Dávila, quién la inició en las simbologías y colores naturales para el tejido. ” El tejido es identidad, en el páramo se hacían las cobijas campera, burrera y reinosa, está última se teñían con tintes naturales, con flores del páramo “

Recordó los conocimientos que dejó Juan Félix Sánchez, Estefani, Dora, Margarita, en el páramo merideño.

Hoy en día, Malavé tiene su propio taller en la urbanización Santa María Norte de la ciudad de Mérida en el que busca rescatar la identidad y simbología venezolanas en sus diseños únicos y piezas hechas a mano.

 

Por Agencia