Martin Scorsese estrena el 20 de octubre en cines de todo el mundo Los Asesinos de la Luna, una película del oeste atípica, basada en la historia real sobre la matanza de la nación indígena Osage y que, más allá de engrosar su legendaria carrera, le ha ofrecido lecciones personales y profesionales.
«Lo que estoy descubriendo es que siempre hay algo por aprender; de hecho, todo está por aprender, pero no vas y dices: ‘voy a aprender’, ocurre mientras lo estás haciendo», señaló el cineasta a EFE en una mesa redonda con varios medios para presentar este nuevo trabajo, que le ha llevado unos seis años de principio a fin.
Los Asesinos de la Luna se introduce en una comunidad Osage en la Oklahoma de los años 20, donde sus miembros se han hecho ricos gracias al petróleo descubierto en sus tierras, y sigue a Ernest Burkhart (Leonardo DiCaprio), un hombre recién llegado que entabla un improbable romance con una mujer nativa, Molly Kyle (Lily Gladstone).
La película está basada en el libro homónimo de David Grann, que enlaza el origen del FBI con la investigación sobre las numerosas muertes de los Osage tras la llegada de hombres blancos que se aprovecharon de ellos, y ese era el ángulo de Scorsese, hasta que se dio cuenta de cuál era el «corazón» de la historia.
Una corazonada gracias a los Osage
«El corazón de la película, dije, es la historia de amor (entre Ernest y Molly). Tenemos que dar la vuelta al guion en el que hemos trabajado varios años y mostrar más tarde al FBI», señaló Scorsese, que compartió la jornada de promoción de la cinta con el jefe de la nación Osage, Standing Bear.
Y es que el cineasta y su equipo se sumergieron en la comunidad Osage moderna antes y durante el proceso de grabación, aprendiendo sobre su cultura, escuchando los relatos familiares sobre aquella matanza, respetando cómo querían ser representados en pantalla e incluyéndolos en el proyecto.
Standing Bear explicó que existe un trauma generacional tras la pérdida del 90 por ciento de su población y sus tierras en apenas un siglo, fruto de conflictos en los que tienen responsabilidad los colonizadores y el propio sistema, por lo que ambas partes tuvieron que construir una relación de confianza.
«La covid interrumpió este proceso, creo que mucha gente no lo sabe (…). Mi especulación es que ese periodo de aislamiento le permitió pensar en todos los Osage con los que desarrolló una buena relación y hablar con sus productores, que hicieron una excelente investigación de nuestras ceremonias», sostuvo el líder.
«(Scorsese) vino a nuestras danzas ceremoniales. Él, Leo DiCaprio y otros tenían asientos de honor. Eso nunca se ve. Fue un proceso, digamos, con eventos realmente fantásticos durante ese tiempo. Y no se ha acabado: les hemos invitado a que vuelvan», dice, con una sonrisa satisfecha.
El astro del cine pide «respeto» al séptimo arte
Scorsese, que habla largo y tendido a través de Zoom cómodamente sentado en un sillón, cuenta en la película no solo con DiCaprio, también con Robert de Niro, que hace un papel similar al de un mafioso, el de sheriff del pueblo y tío del protagonista, y Jesse Plemons, el agente del FBI.
Según explica, cada película supone «empezar de nuevo» y aprender «lecciones de humildad», pero «el resultado depende de los colaboradores con los que trabajas», y con el tiempo ha aprendido que «tienes que encontrar la manera visual y oral de contar la historia desde el corazón».
Esa búsqueda implica «editar o no» y «cortar», de ahí la larga duración de sus últimos filmes, incluyendo Los Asesinos de la Luna, que dura tres horas y media, por lo que señala el «apoyo extraordinario de Apple para dejarme desarrollar la película como merecía».
No obstante, Scorsese no desaprovecha la ocasión para lanzar un dardo a las nuevas maneras de consumir cine, o contenido, derivadas del auge de las plataformas de streaming con las que se ha aliado, y recomienda reservar tiempo para ir al cine y ver la película en pantalla grande.
«La gente dice que son tres horas. Vamos: te puedes sentar frente a la TV y ver algo durante cinco horas, yo lo he hecho. Además, mucha gente va al teatro y ve una obra de tres horas y media. Hay actores en el escenario, no te puedes levantar a pasearte. Eso lo respetan, ¡Respeten el cine!», apostilla.
Por: Agencias / Foto: Cortesía