jueves, noviembre 21

María del Rosario de Chiquinquirá guia a su pueblo a los brazos de Jesús

El momento más esperado por la feligresía chiquinquireña llegó. Ella, la Madre del Redentor, ya bajó con su eterno mensaje de esperanza que conduce hacia la salvación prometida por su hijo.


La Santa Reliquia, que este año arriba a 315 años del Milagro de Renovación Mariana, bajó lentamente de su camerín y conforme descendía la alegría, acompañada de oración y gaita, aceleraba el corazón de los presentes.

«Se me paran los pelos y uno se estremece y la fe lo invade . Crecí en un hogar chiquinquireño y una de mi hijas se llama María de Chiquinquirá», Luisana González , una de las feligreses presente en el templo a cielo abierto organizado para el especial evento eucarístico.


De pronto, mientras La Chinita descendía para reencontrarse con su pueblo, la iluminación de la plaza aumentó, pues la feligresía encendió al mismo tiempo las luces de sus celulares para recibirla.

Los sacerdotes presentes en el alta, armado especialmente para esta ocasión, fueron los primeros en recibir a la Reina Morena, tras presentar sus respetos procedieron a preparar su montaje sobre el trono. Todo esto ocurría bajo un cielo iluminado con fuegos artificiales.


Una vez recibida la autorización de Nedward Andrade, párroco de la Basílica, los servidores levantaron sobre sus hombros el trono con la Virgen Morena. Luego de presentar respetos a los sacerdotes, feligreses, a las autoridades y a los gaiteros, la Chinita partió junto a su pueblo por la Calle de Derecha en procesión a difundir el mensaje de salvación de su hijo.

Por: José Manuel Sánchez / Foto: Lizaura Noriega