El gobernador del estado Zulia, Manuel Rosales Guerrero, recorrió por segunda ocasión, en menos de 12 horas, el municipio La Cañada de Urdaneta, el cual fue azotado por dos trombas marinas que dejaron estragos en las parroquias Chiquinquirá y Concepción, ambas ubicadas cerca del Lago de Maracaibo.
En esta oportunidad, el mandatario regional acudió para supervisar las labores de ayuda y recuperación que llevan a cabo su despacho junto al Gobierno nacional, y la gestión municipal de esta jurisdicción, ubicada a 75 kilómetros de Maracaibo.
«Son más de 300 viviendas, unas destruidas totalmente, otras parcialmente, tres espacios deportivos y el mercado municipal afectado también. Estamos trabajando en un censo para proceder con una estrategia bien clara y definida los tres niveles de gobierno para dar respuesta inmediata en cuanto a lo que tiene que ver con la atención a la gente y la solución a los daños», aseguró Rosales.
El mandatario regional participó en una reunión con el Estado Mayor Conjunto en la que participó Raúl Paredes, ministro de Obras Pública, y Nidia Gutiérrez de Atencio, alcaldesa del municipio La Cañada de Urdaneta, además comentó, a la salida del encuentro, que desde anoche mantiene comunicación con el presidente Nicolás Maduro, con la vicepresidente Delcy Rodríguez y con el ministro de Electricidad Néstor Reverol.
«Estamos apoyando a la gente con comida y atención médica. Hay equipos desde anoche que estuvieron toda la madrugada y se continúa en esas labores», ratificó el gobernador, quien resaltó que hay equipos de Corporelec que trabajan para reestablecer el servicio en las zonas afectadas.
El mandatario regional informó que trabajan para buscar soluciones parciales para reubicarlo y se sientan tranquilos, porque muchos no quieren abandonar su hogar.
“Nosotros no podemos obligar a una familia a salir de su casa, ellos quieren tener allí presencia y hay alternativas que estamos manejando para empezar a solucionar esos casos porque hay niños, mujeres, son personas de cierta edad también. Están pernoctando a pesar de que no hay paredes, de verdad que una situación muy difícil”, aseguró.
Rosales destacó que este despliegue es de, aproximadamente, unas mil personas, y que hay labores similares en el municipio Baralt, donde hubo daños causados por las lluvias, sin embargo, en menor medida.
La más afectada
Gutiérrez de Atencio explicó que la parroquia Chiquinquirá resultó ser las más afectadas por el paso de las trombas, ya que es una zona más residencial y por lo tanto hay familias perjudicadas. Aseguró que el aproximadamente 80 por ciento de las viviendas de esa zona están inhabitable.
“El colegio (Maestro Francisco Esparza) está totalmente destruido, las canchas techadas el mercado municipal y otras instalaciones más, pero gracias a Dios no tenemos pérdidas humanas, solamente heridos y que está todo bien monitoreado, a través del Sistema regional de Salud, conjuntamente con el Hospital Concepción y fueron ubicados en algunos centros de asistencia médica”, subrayó la alcaldesa.
La burgomaestre destacó la articulación lograda con el Gobierno nacional el cual atendió la emergencia desde tempranas horas conjuntamente con los equipo de la Gobernación y la Alcaldía, además de toda la representación de Corpoelec.
“Se está levantando un anteproyecto. Naturalmente hemos perdido el servicio eléctrico en la parroquia. Se perdió todo el servicio primario que conecta la parroquia con la subestación que alimenta desde San Francisco. Se perdió el servicio interno de los sectores. Los postes quedaron en la vía y los cables transformadores”, afirmó.
Por: José Manuel Sánchez / Fotos: Lizaura Noruega