El exgobernante brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, máximo favorito para las elecciones de octubre, afirmó este jueves que, si vuelve a la Presidencia, cambiará la actual política liberal de precios de los combustibles.
«Nosotros no vamos a mantener el precio de la gasolina dolarizado», prometió el dirigente del Partido de los Trabajadores (PT), en una entrevista con la emisora Red RDR de Paraná.
Las fluctuaciones en los precios de la gasolina, el diésel y el gas dependen en gran medida de la petrolera estatal brasileña Petrobras, que los fija en función del valor del producto en el mercado internacional.
En 2021, los combustibles subieron alrededor de un 50 % en Brasil, impulsados por la revalorización del crudo y la fuerte apreciación del dólar estadounidense frente al real.
Ello también empujó la inflación del país, que cerró 2021 en el 10,06 %, la tasa más alta desde 2015.
«Creo que los accionistas tienen derecho a recibir dividendos cuando Petrobras registre beneficios, pero es importante que la gente sepa que Petrobras tiene que cuidar del pueblo brasileño», advirtió Lula, que gobernó Brasil entre 2003 y 2010.
Aunque Petrobras es controlada por el Estado brasileño, tiene acciones negociadas en Nueva York, Sao Paulo y Madrid.
«No puedo enriquecer al accionista estadounidense y empobrecer a la dueña de casa que va a comprar un kilo de frijol y pagar más caro por cuenta del precio de la gasolina», añadió el antiguo dirigente sindical.
En este contexto, tildó de «absurdo» que Brasil, siendo un importante productor de petróleo, pague la gasolina y el diésel «a precio de dólar».
A pesar de estar en las antípodas desde el punto de vista ideológico, el presidente brasileño, el ultraderechista Jair Bolsonaro, también ha criticado en diversas ocasiones la política de precios de Petrobras y defiende su modificación.
Lula también manifestó que si el Gobierno de Bolsonaro, quien previsiblemente aspirará a la reelección en los comicios de octubre, «tuviera coraje» resolvería el problema, pero ha optado por «vender» los activos estatales.
También acusó al líder ultraderechista de «arrastrarse» ante el Congreso para garantizar su supervivencia política.
«No tiene ninguna relación, él (Bolsonaro), la verdad, está a cuatro patas frente al Congreso Nacional. No tiene poder de decisión, no decide sobre el presupuesto y no tiene fuerza», afirmó Lula.
Todos los sondeos de intención de voto divulgados hasta la fecha dan como claro favorito para las presidenciales de octubre a Lula, quien obtendría más de un 40 % de los apoyos, frente al 20-25 % que lograría Bolsonaro.
Lula, de 76 años, aún se resiste a oficializar que será candidato, aunque se da como un hecho por sus declaraciones.
De hecho, este jueves aseguró que si es «elegido presidente», nada más juramentar el cargo, convocaría en enero de 2023 «a los gobernadores» regionales «para restablecer la convivencia democrática en la sociedad brasileña».
Por: Agencia