La llegada del COVID-19 cambió la manera de vivir de muchas personas, entre ellos los niños que están acostumbrados en los días decembrino a realizar pedidos especiales a Santa Claus, pero este año que está por culminar y cerca de la Noche Buena, muchos pequeños dejan a un lado las muñecas, pelotas de fútbol o de básquetbol, o los carros a control remoto, para pedir por el fin de la pandemia.
Dos Santas venezolanos, uno radicado en Perú y otro en Venezuela, específicamente en Maracaibo, coinciden que los pequeños cambiaron la forma de ver la vida desde la llegada del coronavirus.
El primero de los personajes de barba blanca, quien lleva 16 años vistiendo su tradicional vestimenta roja para brindar su corazón a los más pequeños tuvo que migrar hace más de un año junto a la señora Claus para reencontrarse con sus hijos y nietos, pero esto no ha impedido llegar de distintas formas para brindar ilusiones a los distintos hogares en Perú.
A través de una llamada telefónica se comunicó con Foco Informativo para señalar que los chiquitos anhelan que el virus desaparezca. Sin embargo, es una petición que va a la par con la tradición de exigir juguetes a cambio de su buen comportamiento durante el año.
Ahora deben ser juguetes electrónicos aunque muchos se quedan en el tradicional. Los más comunes las tablets y los teléfonos que se convierten en necesidad para estar comunicados con familiares y amigos así como poder pasar las clases del colegio.
“A veces piden cosas que por su intuición saben que sus padres no se los pueden comprar, pero la bondad de Dios es tan grande que sabe los juguetes que le va enviar y que les llegue a esos niños”, refiere a través de la conexión de Internet.
“Los niños de aquí del Perú lo que más piden es volverse a reencontrar con su familia, que la pandemia se acabe para ellos poder retomar las clases”, asegura el Santa.
Nos cuenta en su parte muy humana que él no escapó del virus que azota al mundo y estuvo “muy complicado” en un hospital, pero señala que la intervención de “Dios y su misericordia lo trajo de vuelta para seguir haciendo el trabajo encomendado de querer y cuidar y proteger a todos los niños”.
Este señor mayor que tiene 65 años disfrutando de la magia de diciembre, invita a todas las personas a llevar la Navidad dentro de cada corazón que es la “fe más fuerte que tiene el ser humano de realmente encomendarnos a la nueva esperanza que está muy cerca por nacer y que todos nos da ese maravilloso que es Jesús”.
Un Santa más cálido
Desde la Ciudad del Sol Amado nuestro segundo personaje muestra orgulloso su barba blanca natural la cual cuida todo el año para lucirla durante esta época y nos refiere que sus duendes están trabajando activamente para hacer llegar los juguetes a los más pequeños de la casa.
Indica que a lo largo de los años lo que más disfrutas es poder compartir con los niños, es “maravillosos cada petición que me realizan”.
Los regalos no son los mismos
Al igual que su otro compañero de magia y alegría coincide que la pandemia viene cambiando los corazones de los niños, que entre las prioridades de las peticiones se encuentra que se vaya el COVID-19.
“Ya los niños no piden casi juguetes, primero piden salud, y que se vaya ese bicho feo que ni siquiera me gusta nombrar”, dice en una entrevista para el programa “Entre tú y yo”, conducida por la reconocida bailarina Zulia Iris Fuentes, a través de su canal de Youtube.
Al preguntarle cual ha sido el regalo más insólito que le han solicitado, entre tristeza asevera que un niño pidió una vez muchos juguetes, pero él le respondió que “solo puedo traer un solo regalo, porque el año pasado se me dañó el trineo”, inmediatamente el chiquillo le contestó que “no es para mí, es para aquellos niños que mucho están en la calle y ni siquiera una cobijita tienen para dormir», entre sollozo revela que ese día “se me aguaraparon los ojos”.
Por: Lizaura Noriega