miércoles, diciembre 25

Los mosquitos transmisores del dengue son cada vez más resistentes a los insecticidas, según un estudio

Por definición, el dengue es una infección vírica que se transmite de los mosquitos hembra infectados a las personas. Diversas especies del género Aedes pueden ser vectores, pero la enfermedad se contagia principalmente por el mosquito Aedes aegypti. Por ese motivo, la principal estrategia de prevención y control se basa en el control de los vectores.

Así lo indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), que también revela que es posible reducir el riesgo de contraer el dengue protegiéndose de las picaduras de mosquito con el uso de ropa que cubra el cuerpo, mosquiteros, repelentes de mosquitos, y serpentines fumigantes y vaporizadores.

A la vez, también según la organización internacional, se puede evitar la aparición de criaderos de mosquitos al eliminar correctamente los desechos sólidos y los hábitats artificiales que puedan acumular agua; al cubrir, vaciar y limpiar los recipientes donde se almacena agua para uso doméstico; y al aplicar insecticidas adecuados a los recipientes en que se almacena agua.

Aunque las intervenciones basadas en insecticidas han sido eficaces para controlar las poblaciones de Aedes durante mucho tiempo, estos insectos han desarrollado resistencia a estos compuestos, “lo que supone una amenaza mundial para el control de este mosquito”, reconoce un artículo publicado en la revista Parasites & Vectors en agosto de 2024 que devela una nueva mutación del Aedes aegypti en Argentina, reseña National Geographic.

¿De qué se trata esta resistencia? ¿Existen otros insecticidas capaces de controlar la presencia del Aedes aegypti, que también es vector de enfermedades como el zika, el chikungunya y la fiebre amarilla? National Geographic transmite las conclusiones de los expertos: a qué se debe la resistencia de los mosquitos transmisores del dengue a los insecticidas, qué hacer y el futuro de la prevención.

Los mosquitos transmisores del dengue se muestran cada vez más resistentes

En Argentina, los primeros brotes de dengue se remontan a 1997. Desde ese momento, se han utilizado insecticidas del grupo de los piretroides (especialmente una sustancia llamada permetrina) para controlar al mosquito. No obstante, a partir de 2013 empezaron a detectar que la aplicación de piretroides no producía un descenso significativo en la población del mosquito, explica el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) de Argentina.

¿Eso quiere decir que los vectores de la enfermedad son cada vez más resistentes a este insecticida? Para responderlo, especialistas del Conicet de la Universidad de Salta y de la Fundación Mundo Sano (ambas instituciones argentinas) recogieron huevos de mosquitos Aedes aegypti en las localidades argentinas de Orán (Salta), Tartagal (Salta), Clorinda (Formosa) y Puerto Iguazú (Misiones) y los criaron en laboratorio hasta llegar a adultos.

Bajo estrictas medidas de bioseguridad, los científicos los expusieron a dosis normalmente letales de piretroides y, junto a investigadores de la Fundación Oswaldo Cruz de Brasil, comprobaron que todas las poblaciones evaluadas tenían una muy elevada resistencia. “Evaluamos hasta 10 veces las dosis que se utilizan y los mosquitos siguen siendo resistentes”, indica Laura Harburguer, doctora en Biología, directora del estudio e investigadora del Conicet.

Tras la investigación, los expertos publicaron los resultados en la revista Parasites & Vectors en agosto de 2024. Concluyeron que existe una mutación genética (denominada V410L) que hasta ahora no había sido registrada en la especie en Argentina y que está correlacionada con la capacidad de resistir el efecto de insecticidas del grupo de los piretroides.

Además de esa mutación, los integrantes del estudio detectaron otras dos mutaciones reportadas previamente (conocidas como F1534C y V1016I). En conjunto, las tres mutaciones estudiadas están involucradas en la elevada resistencia a piretroides, agrega Paula Gonzalez, primera autora del estudio e investigadora del Conicet, en un artículo de prensa difundido por el organismo argentino.

Según el artículo, la resistencia a los piretroides responde al uso intenso y la dependencia de los pocos ingredientes activos registrados para aplicaciones de salud pública.

Mosquitos resistentes a los insecticidas: las alternativas para prevenir el dengue

Aunque los resultados científicos demuestran una resistencia de los principales vectores del dengue a insecticidas de los piretroides, también “existe una alternativa que podría ser eficaz para controlar a ese vector de enfermedades cuya creciente resistencia representa una amenaza para la salud pública”, señala Harburguer.

Tal como explica la investigadora argentina, “todas las poblaciones de Aedes aegypti colectadas en campo eran susceptibles, es decir, tenían un 100% de mortalidad a un compuesto que se llama pirimifosmetil, que es un órgano fosforado”. Por ese motivo, ese compuesto sería una alternativa viable para el control del vector. No obstante, subraya la bióloga, su uso debería estar acompañado de una campaña de manejo integrado que incluya otras medidas preventivas (tales como el control de las larvas). “No podemos depender solamente de los insecticidas”.

“Si el control se basa solo en un tipo de insecticida, su aplicación repetitiva va a generar resistencia y en unos años, si no hacemos un manejo integrado del vector, vamos a estar otra vez en la misma situación”, insiste Harburguer.

El pirimifosmetil, explica el Conicet, no está aprobado aún en Argentina, pero sí en varios países e incluso la Organización Mundial de la Salud lo ha recomendado para el control de Aedes aegypti.

Por: Agencias / Foto: Cortesía