El brote de COVID-19 está en alza en la India, donde el número diario de nuevos contagios se ha mantenido por encima de los 200.000 durante una semana. La última cifra de la agencia PTI, publicada este martes, fue de 259.170 personas infectadas en 24 horas. Peor aún, el incremento se produce también en el número de muertes cada día, que ha llegado a un nivel récord con 1.761 casos.
«He ido regularmente al crematorio desde 1987 y he estado involucrado a diario en su funcionamiento desde 2005, pero en todos estos años nunca había visto tantos cadáveres llegar para la incineración», detalló en declaraciones a Reuters Prashant Kabrawala, gerente del crematorio Ashwinikumar en la ciudad de Surat, al oeste indio. Afirmó, sin especificar números, que ni siquiera hubo tantos fallecidos durante un brote de peste bubónica en 1994, ni tampoco tras las inundaciones del 2006.
Este crematorio funciona ahora las 24 horas al día y con tres o cuatro veces más cuerpos de lo normal, según un reportaje de esta última agencia noticiosa. Lo mismo ocurre en otros dos crematorios de la misma localidad que, siguiendo los protocolos de seguridad determinados para el covid-19, incineraron durante la última semana más de 100 cadáveres al día, cifra muy por encima del saldo oficial de muertes por causa del coronavirus, que ronda los 25.
Asimismo, según reveló la revista India Today, dos crematorios en Bhopal, la capital del céntrico estado de Madhya Pradesh, incineraron bajo protocolos del COVID-19 un total de 187 cuerpos en tan solo cuatro días de este mes, mientras que la cifra oficial de fallecidos por esta enfermedad fue de cinco.
India no es el único país en el que se cuestionan las estadísticas de la pandemia, pero el testimonio de numerosos trabajadores y múltiples publicaciones académicas sugieren que hay allí un marcado subregistro de las muertes, en comparación con otras naciones.
Funcionarios del Gobierno alegan que la no coincidencia en los recuentos puede deberse a varios factores, incluida una precaución excesiva. Así, un responsable de Sanidad dijo que el aumento en el número de cremaciones se debe a la aplicación de los protocolos del covid-19 a todos los cadáveres, «incluso si hay un 0,1 % de probabilidad de que la persona fuera positiva».
Hornos al borde del colapso
La escasez de oxígeno y medicamentos en los hospitales indios es el origen de una situación sanitaria muy grave, pero son también impresionantes las consecuencias de orden técnico que se derivan de esta mortandad. Así, el uso ininterrumpido de los hornos de gas y leña en un crematorio en Guyarat provocó que las partes metálicas comenzaran a fundirse.
«Estamos trabajando día y noche, al 100 % de nuestra capacidad, para incinerar los cuerpos a tiempo», explicó el presidente ejecutivo de la operadora de ese crematorio, Kamlesh Sailor.
La chimenea de un horno eléctrico en Ahmedabad se agrietó y derrumbó después de haber estado en uso constante durante hasta 20 horas diarias en las últimas dos semanas. Algunos crematorios de Lucknow, capital del estado de Uttar Pradesh, se quedaron sin material combustible y tuvieron que pedir a los familiares de los fallecidos que llevaran leña. Entre tanto, en las redes sociales se hacen virales numerosas fotos de los carros de culí cargados de troncos.
También es notorio en esa ciudad el drama de los deudos, que suelen recibir fichas numeradas y permanecer en espera hasta 12 horas para que les entreguen las cenizas. En un esfuerzo por acelerar el proceso, un crematorio comenzó a quemar cadáveres en un parque adyacente, según dijo un funcionario.
Gran parte de la nación está confinada por estos días en el intento de contener la segunda oleada de la infección, que ha reducido la disponibilidad de plazas en hospitales y los recursos necesarios para el tratamiento.
Por Agencia