Las autoridades indonesias detectaron por lo menos cinco botes llenos de migrantes acercándose a las costas de la provincia de Aceh, informaron funcionarios el jueves.
Son los botes más recientes en llegar a Aceh, la mayoría llenos de refugiados rohinya desde el sur de Bangladesh, a donde esa perseguida minoría musulmana huyó en 2017 en medio de una ofensiva del gobierno en su país de origen, Myanmar.
Indonesia intensificó las patrullas en sus aguas tras un pronunciado aumento en la llegada de refugiados rohinya desde noviembre, dijo el comandante de la base de la fuerza aérea en Aceh, coronel Yoyon Kuscahyono.
Agregó que las patrullas aéreas detectaron por lo menos cinco botes el miércoles que entraban a aguas indonesias, probablemente con refugiados rohinya. Fueron detectados cuando entraban a las provincias de Lhokseumawe, Aceh Oriental, Pidie, Aceh Besar y Sabang.
Indonesia pidió el 12 de diciembre ayuda a la comunidad internacional, luego que más de 1.500 refugiados rohinya llegaron a sus costas desde noviembre.
Los musulmanes comprenden un 90% de los 277 millones de habitantes de Indonesia, donde las llegadas antes eran toleradas mientras eran repelidas por Tailandia y Malasia. Pero ha aumentado la animosidad hacia los rohinya, especialmente en Aceh, en la parte norte de la isla de Sumatra, donde llegan la mayoría. Los residentes acusan a los rohinya de mala conducta y de crear una carga social, y en algunos han empujado sus barcos de vuelta al mar.
Ha aumentado la presión sobre el presidente Joko Widodo, quien ha dicho que Indonesia ayudará a los refugiados temporalmente por razones humanitarias.
Indonesia, al igual que Tailandia y Malasia, no es signataria de la Convención sobre Refugiados de Naciones Unidas de 1951, por lo cual no están obligados a aceptarlos. Sin embargo, todos han dado por lo menos protección temporal a los refugiados.
El vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de Indonesia, Lalu Muhamad Iqbal, dijo a reporteros el miércoles que el gobierno está dispuesto a dar albergue temporal a los refugiados “para dar tiempo a las organizaciones internacionales que tienen un mandato para gestionar este asunto, especialmente la Alta Comisión de Naciones Unidas para Refugiados, para que puedan cumplir con sus obligaciones”.
Unos 740.000 rohinya fueron ubicados en Bangladesh tras huir de la brutal ofensiva antisubversiva lanzada por las fuerzas de seguridad de Myanmar en 2017. Han proliferado las acusaciones de violaciones, asesinatos y quema de aldeas enteras, y tribunales internacionales están considerando si Myanmar cometió genocidio y otras graves violaciones de derechos humanos.
Por: Agencia