jueves, diciembre 26

Lester Toledo: ¿Negociación o Capitulación?

Las cartas ya están echadas en Venezuela, se flexibilizaron las temidas sanciones y se iniciaron las conversaciones para retomar el proceso de negociación.

En octubre de 2021 cuando se tenía previsto el inicio de la tercera ronda de negociaciones, Jorge Rodríguez, y demás miembros de la delegación del régimen, decidieron dar una patada a la mesa, retirándose de la negociación en protesta por la extradición desde Cabo Verde a Estados Unidos del señalado empresario colombiano Alex Saab, demostrando que para ellos mayor valor tiene un corrupto que todo el país.

En ese entonces acusaron al gobierno de Estados Unidos de “boicotear” el proceso de negociación, pero lo curioso en esta oportunidad, es que retoman las conversaciones luego que el mismo Gobierno que los “boicoteó”, flexibilizó el régimen de sanciones para facilitar que tal proceso se retome por el bien del país.

Hay dos factores que deben tomar en cuenta los intermediarios y la delegación opositora, y es que las anteriores sesiones de diálogo y de negociación sólo han servido para oxigenar y dar mayor tiempo a Nicolás Maduro, y en segundo término, es que aún persisten en los calabozos del régimen más de 300 presos políticos, y su libertad plena también debe ser condicionante de tal negociación.

Uno de los beneficiados con esta flexibilización (decisión de los americanos) no fue precisamente el testaferro de Nicolás Maduro, Alex Saab; en esta oportunidad quien logró descongelar sus bienes fue Carlos Erik Malpica Flores, quien estaba involucrado en al menos 16 empresas en Panamá que fueron registradas por la familia Malpica Flores desde la llegada de Nicolás Maduro en 2013.

En 2017 la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) congeló los bienes de Malpica Flores y desde entonces su nombre aparece en la lista de sanciones de diversos organismos de varios países, entre ellos Canadian Sanctions, Special Economic Measures, Ofac, Panama Ministry of Economy and Finance y National Commission Against Money Laundering. Es decir, cambiaron un corrupto por otro.

Desde un inicio han querido manipular la información a favor del régimen, sobre quien habría intermediado, sin embargo algo fue aclarado cuando los mismos portavoces de la Administración Biden advirtieron que Washington aliviará la presión contra el gobierno de Maduro en la medida en que haya resultados “ambiciosos, concretos e irreversibles” en las negociaciones de México. “Reaplicaremos las sanciones sobre la base de cualquier paso en retroceso en todo tipo de negociaciones”.

Y fueron enfáticos al señalar que seguirán persiguiendo a los actores criminales vinculados al régimen de Maduro, así como persistirán en sus apoyos para aliviar la crisis humanitaria que afecta a los venezolanos.

Todos señalan que tienen la mejor disposición para encontrar salidas a la crisis venezolana, en función de ello y recientemente la plataforma unitaria de la oposición anunció su relanzamiento, esperamos que tal disposición se mantenga por el bien del país, que se depongan los intereses personales y no sigan pateando la mesa.

Lo que sí es una gran verdad es que Venezuela urge de un acuerdo integral que dé soluciones a la tragedia y atienda la aguda emergencia humanitaria y lo que todos los venezolanos esperamos y necesitamos es que estas negociaciones culminen en elecciones presidenciales “libres y justas” y libertad plena para los presos políticos.

Que de esa mesa de negociación surjan acuerdos político que nos permita recuperar la institución democrática, que deriven en elecciones presidenciales libres, justas y transparentes y se restituyan los derechos fundamentales de todos los venezolanos.

La clave está en definir cuál son los términos y las líneas rojas imposibles de cruzar.

Sólo por citar un ejemplo: Si Estados Unidos termina accediendo a liberar a Saab y la oposición lo acepta en una mesa, ya no sería esto una negociación, sino una capitulación.

Una rendición de la peor manera después de 20 años de luchas, encarcelamientos, exilio y más muerte. De allí que hacemos énfasis sobre este proceso, lamentablemente se trata de una negociación sin ningún tipo de garantías.

Por Lester Toledo